lunes, 29 de diciembre de 2014

ENSUCIAN EL RECUERDO

ENSUCIAN EL RECUERDO
Me consideraba una persona sensible y solidaria.
Capaz de sentir dolor en el dolor ajeno.
Hoy me he pillado en el pecado.
Me he sorprendido sintiendo… dolores… de dolores.
Dolores fuertes que hasta el corazón arrugan
y otros que no logran traspasar la corteza de mi indolencia encallecida.

La corteza de que hablo no es aún muy gruesa.
Y una falta de solidaridad con el dolor de mis vecinos,
hicieron que adentro, muy adentro,
mi falta de dolo me avergonzara.  
Tienen la culpa de eso que hoy estoy sintiendo
Lecciones de ética y moral que recibiera.

La vida es sagrada y en toda circunstancia debe serlo.
Pero no lo he sentido así yo siempre.
Me dolió hasta el fondo de mis huesos
la muerte de unos niños en Iguala,
La incineración de unos creyentes africanos en su iglesia.

Pero cuando escuché que habían asesinado a bala a una familia,
“Tal vez en retaliaciones de pandillas,”
eso me dolió, pero no tanto.
Fue que dijeron: “Tal vez… ajusticiamiento entre bandas criminales.”

Quién se inventó ese: “Tal vez”.
Quién y por qué dijo: “Al parecer en un ajuste de cuentas…”
Qué periodista, qué juez, que testigo, que policía
se abrogó el derecho de sembrar la duda.

Con esos: “Al parecer…”  “Tal vez…”  “Se cree…” “Se comenta…”
Se ensucia el recuerdo de difuntos, que nunca podrán volver a defenderse.
El que con una expresión ligera, desdibuja la honra de un vecino
con ella esta ensuciando injustamente el recuerdo de un amigo.

Tengo derecho a que mi muerte duela.
Tengo derecho a gozar de un recuerdo limpio.
Tengo derecho a no ser un falso positivo.
Tengo derecho a que me entierren con un nombre.
Tengo derecho a no ser un N.N.
Tengo derecho a un diagnostico,
A un juicio verdadera y verazmente concluido.
No es obligación poner en mi tumba un epitafio
Pero no hay derecho a que sobre ella siembren duda.

León M.N. Dic. 29 de 2014.


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