¿Y…
DESPUÉS QUÉ?
Llegará el momento en el que el pulso pare y el
palpitar se detenga y viviré descarnado. Desprovisto de este cuerpo que cuidé,
me acompañó por un rato, me contuvo, deleitó, dolió y estorbó muchas veces.
Se pudrirá y lentamente tornará en alimento de otros
organismos en los que seguirá viviendo.
Y me pregunto: ¿viviré yo en él o ya me será ajeno y
tomaré un nuevo rumbo?
¿Qué será de las flores sin mi olfato que las
justifique?
¿Qué orfandad podrán sentir las rugosidades de las
piedras, las asperezas y declives de las peñas que se alzan, por encima del
vértigo, desde las cañadas; cuando ya no las sienta mi tacto, ni en ellas se
detenga mi mirada?
¿Qué razón para expresarse como espejos que relucen,
relumbran y reflejan cuando la lluvia y el sol convergen sobre ellas?
No formarán las colinas ese oleaje de verdes que se
aleja y a sus crestas no se acompasarán las garzas en bandadas, cuando sepan
que ya no las miro con los ojos entornados, casi cerrados, imaginando barcos
que cruzan la geografía andina.
¿Querrán danzar en la briza las hojas secas cuando no
las acompañé mi sonrisa?
Y el aire fresco de las tardes que busco en las
barrancas y en los pozos que el agua forma en las quebradas, ¿volverá a buscar
que los disfrute cuando ni desnudez no logre quebrar el espejo en sus remansos?
Y es más profundo mi interrogante: ¿podré volver a
disfrutarlo, cuando ya desaparezca de mí la sensual capacidad de extasiarme en
sus caricias?
¿Qué razón hallarán para explotar como pompas los
perfumes de la selva, si ya no puedo seguir su rastro en la manigua?
¿Morirá conmigo el coro de los grillos, las ranas, las
chicharras?
¿Y tejerá nuevamente sus velos la neblina que juega
con rayos de luz encima de los páramos?
¿Quién brindará con el jugo de las frutas? ¿Quién hará
sentir a la pulposa redondez que cubre suave bello, el irresistible pacer de
los mordiscos?
Llorarán los panales por mi ausencia, si acaso no
logro perdurar en el rumor de las abejas.
Me iré, sé que es imprescindible que dejé aquello que
gocé, pero…
¿Y… después qué?
León M.N. V de 2013.