El
colombiano miembro del equipo editorial del diario 'The New York Times' habló
con ELTIEMPO.COM.
Por: DAVID
ARANGO |
6:26 a.m.
| 24 de junio de 2015
Yo
León Montoya Naranjo, quiero reflexionar por escrito la respuesta del
periodista colombiano, Ernesto Londoño a una de las preguntas que le hizo El
Tiempo, para ello subrayo y enumero las frases que me causan inquietud.
Cuando usted entrevistó a los
negociadores de las Farc, a comienzos de 2015, el proceso de paz se mostraba
más optimista. El cese al fuego unilateral de esta guerrilla recién había
comenzado. Seis meses después ¿Cómo ve las negociaciones?
(1)Me
preocupa enormemente lo que está sucediendo,
pero sigo apostándole al proceso de paz. Desde el principio,(2) he considerado que un acuerdo
imperfecto al final de este camino es preferible que resignarnos a seguir en
guerra indefinidamente. La mesa de negociación en La Habana ha sido
escenario de conversaciones importantes sobre las raíces del conflicto, las
heridas que ha dejado la guerra, y la paz que anhelamos todos los colombianos. (3)Espero que el gobierno y la
guerrilla encuentren la manera de reducir nuevamente los enfrentamientos.
De lo contrario, cada día es más difícil ser optimista.
Aunque
algunos dirigentes de las Farc señalen que (4) están dispuestos a una reclusión especial, otros
miembros, como Iván Márquez, señalan (5) que no se someterán a ninguna clase de justicia.
¿Considera (6) que esto
puede afectar la estabilidad de un eventual postacuerdo?
Sería (7) inaudito ofrecer una amnistía total a los líderes
de las Farc al final del proceso de paz. Ellos han cometido un sinnúmero de
crímenes y atropellos. Pero creo que es importante reconocer (8) que otros actores del conflicto
también han cometido abusos. Si se llega a firmar un acuerdo, será
importante (9 que algunos
paguen por sus delitos. Pero sería (10 ingenuo esperar que todos los actores que han encrudecido
la guerra sean castigados de manera severa y rigurosa.
Ahora, mis cavileos o reflexiones.
1. Me preocupa enormemente lo que está sucediendo
2. he
considerado que un acuerdo imperfecto al final de este camino es preferible que
resignarnos a seguir en guerra indefinidamente
Y yo aplaudo que usted exprese su preocupación. Ocurre que hay una gran cantidad de generadores de opinión, empresarios, líderes de diferentes sectores de nuestra sociedad y organizaciones que siguen callados, escondidos detrás de su miedo o a la espera de ver cómo le sacan partido a lo que está sucediendo o, lo peor: buscando y aprovechando las oportunidades para sacar familia y patrimonio del país antes de que esto se vuelva una Nación gobernada por el Socialismo del Siglo XXI.
Señor periodista, usted sabe, como yo, que la
guerra seguirá. Y si se le ha olvidado la Historia Universal, que es un sartal
de guerras, una detrás de la otra, léasela nuevamente o pídale a la Señora
Diana Uribe que se la cuente. La Guerra que vivimos, o lo que vivimos, que
algunos llaman guerra, es mejor, como la mierda: Destaparla, sacarla al patio
para que se vea y se pueda secar. Un “acuerdo imperfecto” como dice usted,
sería hacer lo del avestruz: meter la cabeza entre la arena, para fingir que
aquí no pasa nada y las cosas pasándonos y llevándonos a todos desprevenidos
entre los cachos. Es como tratar de apaciguar a una cobra acorralada y no me
estoy refiriendo sólo a los de las FARC, me refiero a todo lo que en nuestra
sociedad actual expele ese nauseabundo olor a corrupción, injusticia y a
abandono.
3.
Espero
que el gobierno y la guerrilla encuentren la manera de reducir nuevamente los
enfrentamientos
Tiene razón en esta tercera frase. “reducir el
enfrentamiento”. Reducir el enfrentamiento es lo único que por unos días o tal
vez meses, se pueda lograr. Detrás de esa expresión usted está aseverando como
yo, que la paz no se va a lograr. Cualesquiera que mire la historia y el estado
del conflicto colombiano sabe que la paz es una utopía y como tal inalcanzable
en muchas generaciones. Por tal razón la pregunta que nos hagan en el referéndum
propuesto para ratificar o no, los acuerdos de la Habana debe ser:
¿Está
usted de acuerdo, sí o no, con los esfuerzos que propone la mesa de diálogos de
la Habana para “reducir” los enfrentamientos?
Esa debe ser la pregunta y no la que quiere
utilizar para forzosamente a contestar que SI:
¿Quiere
usted la paz, sí o no?
¿A alguien humanamente cuerdo se le ocurriría
contestar que no?
4.
están
dispuestos a una reclusión especial,
Ésta cuarta frase la quiero guardar para cuando,
por alguno de los azares de la vida, por mis flaquezas, debilidades o
ambiciones mal sanas, pueda cometer yo algún delito. Le diré al juez que me
castigue: - Señor Juez, yo estoy dispuesto a una reclusión especial, pero
déjeme pensar un poquito y diseñar convenientemente mi cárcel y el tiempo que
quiero pasar en ella. Déjeme yo consulto los planes y programas del Pablo
Escobar en la Catedral y luego le comunico lo que decida.
5.
que
no se someterán a ninguna clase de justicia.
Pero pensándolo bien, tal vez me convenga a mí, y a
todos los delincuentes del País y a los que continuamente nos llegan Corridori
de otros lados, decidir, como lo ha hecho Iván Márquez: No me someteré a ninguna clase de Justicia.
6. que esto
puede afectar la estabilidad de un eventual postacuerdo?
Señor periodista, es usted muy inteligente,
perspicaz y prevenido. En esta sexta frase no utiliza la palabra tan común: Postconflicto, usted dice “Postacuerdo”. Postacuerdo es lo que sucede después de un acuerdo y esto sin lugar
a dudas que será la continuación de la violencia, las venganzas de parte y
parte, el desenterrar de guacas por
parte de los guerrilleros, el desminado por parte del ejército y de la policía
y mil tareas má,s bendecidas por el acuerdo, como el Show en Oslo con la
entrega del Novel de la Paz a Pinocho el Tahúr. Usted no habla de
postconflicto, porque sería como decir que el conflicto se acabaría, y éste,
usted, yo y muchos colombianos más sabemos que no se va a acabar y seguirá como
en Sudáfrica, Salvador, Nicaragua, Palestina e Israel.
7.
inaudito ofrecer una amnistía total a los líderes
Claro que una amnistía general no dejaría contento
al pueblo, algunos deberán ir a la cárcel, pues de otra forma el show se volvería
sainete. Pero los ideólogos que han luchado durante más de 50 años por una
sociedad sin clases, han reclutado a muchos de la clase de abajo, del estrato
cero, uno, dos o tres, y allí encontrarán nuevamente la carne de cañón, que
esta vez no serían portadores de los Tatucos, los cilindros bomba y sus
compañeras en las noches de desfogue de ímpetus sexuales, sino que les tocaría
sacrificarse nuevamente por los ideales libertarios, pero pudriéndose en los
calabozos de la “Justicia” (¿de dónde?) (de cuál?) – de la Justicia colombiana.
8.
que
otros actores del conflicto también han cometido abuso
Esta octava aseveración me recuerda a mí, cuando
siendo un niño y en trance de que mi papá me castigara por algina pilatuna que
hubiere hecho, yo siempre me defendía, me excusaba, queriendo hacer ver que mi
falta no era tan grande, porque mis otros hermanos y amiguitos también habían
hecho lo mismo. Pero mi papá que si era verraco, me contestaba que el mal de
muchos sólo era el consuelo de los tontos y guápete que me asentaba mi par de
correazos.
9.
que
algunos paguen por sus delitos.
Cómo le pudo salir ésta novena frase a usted que
venía hablando tan cuidadosamente. Cómo es eso de que “algunos” paguen sus
delitos. Como casi todos los periodistas, se volvió juez y ha determinado que
“algunos”, sólo “algunos” paguen. Mi querido y nunca bien ponderado periodista
Ernesto Londoño, yo lo propongo a usted para el Novel de Periodismos, con la
condición de que en el evento que mencioné antes, de un juicio en mi contra,
usted sea mi juez y dictamine que yo sea “alguno” de los que no tienen que
pagar por sus delitos.
10.
ingenuo
esperar que todos los actores que han encrudecido la guerra sean castigados de
manera severa y rigurosa.
Nuevamente estoy de acuerdo con usted. A esos tal por
cuales, ¡”#$%&/(=? De parte y parte y de otras partes también, ha de
castigárseles, pero por favor, que les hagan pasito, poquito, con mañita.
León M.N. junio 24 de3 2015.