sábado, 26 de junio de 2021

 

 

 

EL LIDERAZGO

 

Y

 

LAS CULTURAS INDÍGENAS

 

DE LA SIERRA NEVADA DE SANTA MARTA.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

León Montoya Naranjo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Marzo 2021

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

EL LIDERAZGO

Y

LAS CULTURAS INDÍGENAS DE LA SIERRA NEVADA DE SANTA MARTA.

 

 

 

 

 

Presentación.

 

 

Percatado de que los años que corren de este convulsionado Siglo XXI, han traído para las comunidades Indígenas de la Sierra Nevada, eventos que los convoca a reunirse para “Componer” o tal vez recomponer el camino de su desarrollo como pueblo, y tratando de ser fiel al compromiso que con ellos tengo desde 1968, quiero hacerles llegar mi opinión, con la seguridad de que por equivocado que yo esté, les servirá para que juntos escudriñen hondo y encuentren verdaderos caminos que les permita seguir avanzando.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Introducción.

 

Frente a todo grupo humano encontramos: Dirigentes, profetas, líderes, pensadores, maestros, gobernantes, tiranos, personajes positivos y negativos que bien intencionados o no, tratan de servirse del poder y fuerza que se genera en la unión de voluntades, para lograr hazañas de beneficio comunitario o para oscuros intereses personales o foráneos.

 

Los Pueblos Indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta no son ajenos a estos acontecimientos. Ellos con maestría pausada, durante siglos han hecho frente a estas crisis en las que lo positivo y lo negativo, el arriba y el abajo, la derecha y la izquierda, la luz y la oscuridad no se les presenta como opuestos mutuamente excluyentes sino como fuerzas diferentes que acicatean su trabajo por avanzar en el propósito de continuar siendo Nuestros Hermanos Mayores.

 

Consecuente con el compromiso que con ellos hice hace años, de preocupar conocerlos y devolverles, con sinceridad el conocimiento que obtuviese, como aporte al logro de su bienestar y desarrollo cultural, es que elaboro este texto, en el que quiero plasmar la forma en que he captado el “Liderazgo” en medio de sus comunidades.

 

Espero que al leerlo les sirva como pretexto para que inicien la conversación sobre el tema y reflexionen, no si yo tengo o no razón en lo que digo, sino para que encuentren la manera de intervenir desde el interior de su sabiduría tradicional e integren esas formidables fuerzas que tienen para no dejarse desviar del camino que años atrás han emprendido por llevar a altas esfera su valor como pueblos poseedores de una gran cultura que se desarrolla y nos enorgullece como colombianos. En últimas para que prevalezca la autonomía que como pueblo merecen, como comunidad necesita y como hombres deben proteger.

 

He tenido el privilegio de haber llegado a la edad de 72 años y desde mis juveniles de 20 años he mantenido contacto de diferente intensidad, con las comunidades indígenas Ikan, Kogui. Wiwa y Kankuamo de la Sierra Nevada de Santa Marta, también llamadas:

Arhuacos = Ikän = Wintukuau. 

Kogi = Kaggaba.

Arsarios = Malayo = Sanha = Wiwa.

Atanqueros = Kankuamo.

 

Pasé seis años conviviendo con los Arhuaco, los Kogi y los, Wiwa de la Sierra, a partir de 1968. Nunca he dejado de interesarme, estudiar, leer y contactar con todos los indígenas de la Sierra que he podido. He mantenido dicho contacto de manera telefónica, virtual o por medio de sus escritos, videos, redes y declaraciones de prensa.

Al decirlo de esta manera no quiero anteponer a la lectura de este texto un “argumento de poder” basado en la edad y la “experiencia”, pues sé bien que muchos años de experiencia no garantizan profundidad de conocimiento, pues pudieron ser muchos años de haber errado repetidamente en las observaciones y juicios que me he formado.

Lo digo para subrayar que, de diferentes ocasiones en el tiempo, de diversos textos y eventos desde 1916 a la fecha, he extraído mi tesis sobre el asunto que trataré.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

UN POCO DE HISTORIA.

 

Como colombiano interesado en el devenir de los pueblos indígenas he observado, con no poca inquietud, las modificaciones que por diversas causas suceden en el fenómeno del Liderazgo, especialmente durante el 2019, 20 y 21 en medio de las comunidades Indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta, con las cuales me siento vinculado desde 1968.

 

Reconozco hitos históricos que han afectado de manera importante el transcurrir de estas comunidades, desde principio del siglo XX, los cuales han ido modificando la semblanza del Líder y el ejercicio del Liderazgo en dichas comunidades, entre los que destaco:

 

1.    La llegada de los Misioneros Capuchina a Nabusímake en 1916.

Ellos llegan con un doble carácter, primero como evangelizadores católicos provenientes del Obispado de Riohacha, con el encargo de Cristianizar a los indios “paganos”.

 

Segundo, con apoyo en el Concordato firmado por la Iglesia Católica y el Estado colombiano desde 1887, fungieron de autoridad encargada de la “Reducción de las comunidades indígenas a la vida de la nación, mediante la educación y castellanización. Era de esperarse también que en virtud de este “Concordato”, se esforzaran en la evangelización, ya que, para ese entonces, la República de Colombia estaba consagrada al “Corazón de Jesús” mediante el decreto 820 de 18 de mayo de 1902 hecho que se celebraba solemnemente como fiesta Nacional.

 

Sendos propósitos significaron esfuerzos de parte de los Capuchinos, tendientes como parte de su encargo y realización de su vocación, a que los Indígenas abandonaran de buen grado o forzadamente, sus costumbres, autoridades, rituales, vestidos, lengua y en general todo lo que los distinguiera como pueblo autónomo con una cultura propia. El concepto de República, Patria o Estado no consideraba la existencia de varios Pueblos o Naciones autónomas con sus diferentes culturas dentro del país.

 

En la tradición oral de los indígenas Arhuacos y en los escritos de Vicencio Torres Márquez, historiados indígena, se dice que fueron sus autoridades quienes, en 1916, nombraron una comisión para que viajara hasta Bogotá a pedir al gobierno que les enviara maestros que les enseñaran a hablar bien el español y el manejo de las matemáticas, como herramientas para evitar los abusos de que eran objeto en el necesario contacto con los Bunachi, (gentes no indígena) que ellos llaman civilizados, entre los que destacaban, autoridades, y comerciantes.

 

Hago un paréntesis para explicar mi captación del termino “Civilizado”. Para los citadinos no indígenas esta palabra se opone a términos como “Salvaje, inculto, primitivo…” con las que era común referirse a los indígenas. Pero para los indígenas la palabra “civilizado” se refiere a quien es civil y civil es aquel que no es indígena o que siéndolo viste como los no indígenas. “Ese indígena viste de civil”.

 

Como respuesta a esta petición llegaron los Misioneros Capuchinos, quienes además de maestros y evangelizadores, llegaron como amos y señores con el apoyo del gobierno, tal como lo hacían en todos los Territorios Nacionales, que era como se llamaba a las supuestas “Tierras Baldías” donde desde tiempos inmemoriales vivían los grupos indígenas.

 

No son exageración los términos de Amos y Señores, ellos se apoderaron de tierras en el Valle de Nabusimake, El Pantano, Santo Domingo, y Donachuí, entre otras, y eran quienes asignaban finquitas a los matrimonios que ellos mismos concertaban entre indígenas de diferentes etnias que mantenían internos en el Orfelinato de San Sebastián de Rábago. Es decir, actuaron como “lideres impuestos” por el aparato Estatal y Clerical asumiendo el derecho a disponer y asignar terrenos a quien ellos eligieran.

 

2.    En los años 30 y posteriores hubo gran movilización ideológica en el mundo. En Colombia y en los alrededores de la Sierra, fue impulsada por el sindicalismo presente entre los trabajadores de la Bananera del Departamento del Magdalena.

 

Este fenómeno motivó en los años 40 contactos entre Arhuacos y la Federación de Trabajadores del Magdalena y como consecuencia de esto, más tarde crearon la Liga Indígena de la Sierra Nevada. Quienes conformaron esta liga tenían apoyo de Mamus y comenzaron a ser vistos y a actuar como “líderes de carácter político con influencias externas” y podría aventurarme a decir, “influencias ajenas”. Por cuanto la situación de los obreros de las Bananeras del Magdalena no era comparable a la situación de los Indígenas de la Sierra. Para entonces era conocida en todo el país la influencia del naciente partido Comunista que sin mayores distingos fue agrupando a todo aquel que pudiera, bajo el calificativo de “proletariado” y con ello apoyar su “Lucha de Clases”.

 

(A mi modo de ver aquí nace la llamada solidaridad de los “oprimidos” y con ella se justifica implantar la teoría de la “lucha de clases”. No es que se respalde y apoye los derechos de los indígenas, es que se necesitan más voces que engrosen la lucha de clases)

 

En el relato, la tradición oral o si se quiere en el discurso “político”, los cambios, adaptaciones, influencias o modificaciones culturales, casi siempre se achacan a instituciones como las misiones, la educación o la legislación. Poco se advierte la gran influencia que el roce, el contacto, la vecindad, el ambiente y el compadrazgo van suscitando entre las diferentes comunidades humanas.

Fue así como se nombraron personajes indígenas delegados por los Mayores, Achanas, Mamos para llevar mensajes a las autoridades de la nación o para entrevistarse con Bunachis.

Estos personajes invariablemente eran jóvenes que hablaban relativamente bien el castellano, poseedores de carácter firme y merecedores de la confianza de las verdaderas autoridades tradicionales. Ellos comenzaron a ser vistos y tratados como si en realidad fueran “Lideres” de sus comunidades y no meros mensajeros.

 

Se da en las comunidades indígenas de la Sierra un proceso mediante el cual un joven a través de su vida y desde la niñez cursa un proceso en el que el objetivo es lograr el reconocimiento de su comunidad, llenarse de saberes y habilidades que le permitirán llegar a ser Achana, Sakuko, Mamo y tener la autoridad para dirigir a sus gunamu. En el aparte siguiente quiero traer de otro texto un recuento que ilustra el proceso al que hago mención:

 

-       La educación comienza en el hogar y luego en la comunidad.

-       La educación familiar toma en cuenta los roles que se esperan de la mujer o del hombre según su edad.

-       El primer maestro es la Madre para los menores de cinco años aproximadamente. De allí hasta superada la pubertad, la madre es maestra de niñas y el padre de los niños.

-       Para los adolescentes varones y hembras comienza a esta edad la participación del Mamo, junto a la de los padres.

-       Los varones seguirán con su padre como guía y tratando de hacerse notar en la comunidad de los mayores, pues de este reconocimiento se deriva su liderazgo y aprecio futuros. (Esto es diferente a la adolescencia en la sociedad occidental donde los jóvenes comienzan a distanciarse de la autoridad paterna y materna y crean una tribu contestataria aparte)

(*) He tenido noticias que esa etapa conflictiva de la adolescencia ha comenzado a aparecer en medio de la comunidad Arhuacas. Creo que el mayor roce con la sociedad bunachui, los medios de comunicación y la educación han sido los caminos por donde este fenómeno ha hecho su aparición con rasgos muy negativos, por cuanto tradicionalmente los Sakukos no tienen experiencia en su manejo. Podía decirse que los adolescentes se les fueron de las manos.

 

-       A partir del momento en el que al joven se le entrega el poporo, comienza la intervención de nuevos maestros encarnados por el Comisario, el Cabildo y todos los Sakukos en general. El Mamo continúa su participación, más activa con aquellos jóvenes que por varios caminos aspiran a llegar a ser Mamos.

-       Mas tarde cuando se inicia el proceso de matrimonio del joven, comienza a aparecer la figura de la Suegra y el Suegro, que más que maestros son evaluadores de los logros del pretendiente a esposo.

-       El joven que en este momento de su desarrollo psico social, anhela ser tenido en cuenta en el grupo de los adultos comienza a tratar de recibir encargos de Semanero, Policía, cabo.

-       Es cuando comienza a buscar las enseñanzas y consejos de diferentes Sakukos, y con ese objetivo visita frecuentemente las casas y fincas de ellos.

-       Igual ocurre con quienes aspiran o están elegidos para llegar a ser Mamos. Su aprendizaje se da en la medida en que visita, comparte y participa con verdaderos conocedores. Cuantos más Sakukos y más sabios consulte y aprenda de ellos, su prestigio crecerá y podrá lograr su objetivo de: “Llegar a viejo y permanecer sentado dando consejo”

-       No todos los jóvenes pasan por la escuela y el bachillerato.

-       No todos los que ingresan terminan su bachillerato.

-       No todos los que lo terminan llegan a la Universidad.

-       No todos los que llegan a la universidad estudian carreras que les sean útiles en medio de su comunidad.

-       No todos los que estudian una carrera Universitaria se gradúan.

-       Y tal vez los que se gradúan no regresan a la Comunidad a servirle como profesionales, pues a lo mejor no encuentran allí un lugar y un sueldo que les satisfaga.

-       Pero podía afirmar que la gran mayoría de los que pasan por la Universidad han perdido o rechazan el control que Mamos, autoridades y Sakukos en general tenían sobre ellos.

 

Por los desplazamientos de familias que ocasionaba la violencia desde el interior del país, muchos de esos desplazados y antiguos obreros de las Bananeras comenzaron a colonizar las tierras de la Sierra Nevada. Lo que resultó en que pretendidos “camaradas de lucha” se volvieran invasores de sus supuestos copartidarios, y contra ellos tuvieron que enfrentarse los Indígenas para defender su territorio.

Los indígenas fueron buenos para engrosar manifestaciones y el número votantes en los conflictos que enfrentaban los obreros, pero también fueron carne de cañón a la hora en que los otrora obreros y despasados de la violencia en el interior del país, necesitaban tierras para vivir. Nada diferente a lo que ahora llamamos “oportunismo, rebatiña o sálvese quien pueda”.

 

3.    Paralelamente por estas fechas, tal como lo relata la tradición oral y como consta en los escritos de Vicencio Torres Márquez, grupos de Arhuacos viajaron a entrevistarse con Mamus Kogi, con el fin de aprender de ellos las tradiciones y cultura que ellos sentían haber olvidado.

Durante el tiempo en el que, a finales de los 60s y principios de los 80s, conviví con Arhuacos y Kogi, fui testigo de viajes como los que he descrito antes.

Este era un esfuerzo de los Arhuacos por encontrar el liderazgo como fruto del SABER, diferente al liderazgo que se obtiene por el PODER y muy diferente al que últimamente algunos “supuestos líderes” indígenas han ido logrando por el TENER.

 

4.    Durante los 60 y años posteriores, los indígenas se organizan para pedir al gobierno, a través del INDERENA, INCORA y otros organismos:

-          La expulsión de los Colonos de sus tierra.

-          La devolución de los terrenos desde años atrás ocupados por familias prestantes de la sociedad y la política local.

-          Las fincas que seguían en manos de los Misioneros Capuchinos.

-          En ultimas la devolución de los terrenos cobijados por La Línea Negra, marcada por Kaku Serankua cuando después de que apareció la luz él se dedicó a crear la tierra y asignó a cada grupo humano sus territorios.

 

Como puede verse, los indígenas de la Sierra han trabajado a nivel político por defender su territorio con argumentos diferentes.

Unos con apoyo en la legislación nacional desde la constitución de los resguardos, y sucesivamente buscando sustentación jurídica a sus demandas a través de las diferentes figuras de propiedad que la legislación ha ido creando.

 

Fue un ir y venir de personajes que evolucionaron de ser semaneros, mensajeros, delegados, interpretes, a últimamente ser vistos e entronizados como líderes y “Autoridades”. Muchos de ellos fueron nombrados en cargos de responsabilidad ente el gobierno central colombiano y en su desvarío (digo yo) comenzaron a sentir que su respaldo verdadero era el que provenía de Bogotá y no el que nacía de los acuerdos en la Kankurua.

 

Estos líderes en sus demandas argumentan a un nivel que hace equilibrio inestable entre lo Político y lo Mítico, con el discurso de la Ley de Origen de donde emana en concepto de la Línea Negra, y por otro lado rescatando decretos y jurisprudencias basados en la constitución del 86 y la inviolabilidad de los Resguardos, que data de 1596.

 

No en pocas ocasiones estos dos argumentos y sus intersticios chocan y parecen confundir a quienes los exponen y mucho más a quienes los escuchan y deben decidir.

 

Las peticiones y demanda por el Territorio han venido siendo atendidas de diferente manera y en circunstancias conflictivas desde tiempo atrás, entre las que me detengo a mencionar las siguientes:

 

a.    La llamada Bonanza Marimbera que propagó por las partes bajas de la Sierra cultivos de Marihuana y llevó la influencia de narcotraficantes a la zona.

Recuerdo una ocasión en la que me ocupaba de hacer almácigos de café y germinadores de cítricos que repartía como regalo a mis amigos indígenas, y se acercó un indio Kogi y me dijo:” Na´bi, no seas bobo no siembres eso, siembra mejor marihuana, que un puñito pequeño vale más que un quintal de café”.

 

b.    El contacto establecido por los Arhuacos con diferentes organizaciones indígenas como el CRIC en el Cauca y la creación de la organización Indígena de ese tipo en la Sierra, favoreció la relación de los Arhuacos con otras organizaciones Indígenas, grupos políticos de izquierda y su participación en algunos de los Congresos que desde los años 70 se efectuaron. Estos hechos acrecentaron el engreimiento de los jóvenes Arhuacos quienes tal vez pensaron que podrían olvidarse de los Mamu, desplazarlos o por lo menos desconocerlos.

Los indígenas de la Sierra que acudían a dichos congresos y reuniones continuaron siendo tenidos por otros indígenas, periodistas, entidades gubernamentales y ONGs como “lideres” y “Autoridades” mientras que para las “autoridades” tradicionales eran simples “semaneros” “delegados” o “interpretes”.

 

Tal vez sea el momento oportuno de proponer una reflexión de orden semántico y filosófico sobre la palabra: “autoridad”.

¿Será que en medio de las culturas indígenas de la Sierra Nevada y en su organización social existe un personaje al que de manera inequívoca podamos distinguir con el nombre de Autoridad? ¿Será posible que tal personaje, sí existiere, podríamos equipararlo al que nosotros los colombianos no indígenas designamos con igual nombre?

Autoridad hace referencia al prestigio moral, a la superioridad en determinado saber o actividad que moral y psicológicamente suscita acatamiento.

 

Sobre los actuales “lideres” de la Sierra, tengo grandes dudas y de esas dudas devienen grandes errores, o mejor voy a decirlo en castellano coloquial: “grandes metidas de pata”.

 

Entre los indígenas de la Sierra la AUTORIDAD proviene del SABER, el saber se logra con el estudio de la Ley de Origen, la experiencia y esta es producto de los años. Llegar a viejo es un logro grande, es la posibilidad de enseñar, de ser oído con respeto. Los ACHANA forman el grupo de los sabios, los jóvenes son los GUNAMU los brazos, quienes realizan el trabajo material que requiere vigor muscular, atenta escucha y acatamiento, para algún día llegar a ser reconocidos como Sakukos, cabezas de su comunidad.

 

En el mundo “occidental” se reconoce AUTORIDAD en a aquel que TIENE riquezas, que posee, y la AUTORIDAD es signo de PODER. En las Comunidades Indígenas de la Sierra la Autoridad tradicionalmente la ejerce quien tiene el SABER, el CONOCIMIENTO y el poder reside en la comunidad reunida que reverencia el SABER y los años.

 

c.    La presencia en la Sierra de grupos políticos armados y sus contubernios con los traquetos y sus conflictos con los paracos y los de todos los anteriores con las llamadas Fuerzas del Estado, todo aquello que disque consta en los Museos de la Memoria, vino de manera brutal a controvertir de hecho lo que se había entendido por líder y por autoridad, creando otro tipo de autoridad, la que se obtiene por la fuerza bruta y la violencia.

 

d.    Las declaraciones por parte del gobierno de propiedad de la tierra para los indígenas bajo diferentes y confusas figuras como: Resguardos, Reservas Indígenas, Reservas Forestales, Parques Nacionales, Escrituras Públicas Notariadas…, figuras que me resisto a creer, sean claras en sus consecuencias, pues son de difícil interpretación para los indígenas que hablan de la Línea Negra, como su territorio ancestral desde que la Ley de Origen les fue dada por Kaku Serankua, cuando apareció la luz por primera vez y fue visto lo que antes solo estaba en pensamiento, en espíritu.  

 

Cuando en sus declaraciones, los indígenas de la Sierra hablan de “Nuestro Territorio” es casi imposible aclarar a qué se refieren.

¿Será al demarcado por la Línea Negra, el cual es el “Corazón del Mundo” y es la “Madre” y como Madre ella no puede ser poseída por ninguno de sus hijos en particular? Ese perímetro marcado por la Línea Negra va mucho más allá del territorio que actualmente poseen los indígenas de la Sierra. En buena parte de esos terrenos se ubican poblaciones enteras no indígenas y sería ilusorio pensar que algún gobierno, sin crear un conflicto de enormes proporciones intentara devolverlo a los indígenas de la Sierra Nevada.

No sé cuántos terrenos más de los que fueron despojados los indígenas desde la conquista, podrían volver a sus manos sin la creación de un mayúsculo conflicto entre colombianos.

 

¿Se referirán a todos los terrenos que habitan los indígenas bajo diferentes estatus jurídicos como el Resguardo, que por definición es tierra de propiedad colectiva inalienable y no individual?

 

O ¿a los que habitan por haber sido adquiridos para ellos por el gobierno o con auxilios particulares, cuya propiedad se acredita bajo escrituras públicas notariadas?

 

O ¿a los que habitan dentro de Parque Nacionales de propiedad Estatal?

 

0 ¿a los que, recuperados por acciones gubernamentales, fueron asignados bajo no sé cuál figura jurídica y cuya adjudicación ha generado malestar y críticas de supuesta manipulación de “líderes indígenas, o caciques politiqueros” en favor de sus seguidores o Gunamu?

¿O se referirán también a terrenos que estando dentro de los que no son motivo de reclamo a gentes no indígenas, son en este momento poseídos y acaparados por otros indígenas gracias a negociados, abusos, artimañas? Porque he de decir que al interior de las comunidades indígenas hay ávidos “terratenientes” acaparadores abusivos y politiqueros hábiles que se quedan con tierra con perjuicio de sus hermanos de sangre. 

 

Como puede verse todo es muy confuso pues el “respeto a las minorías” la aceptación del “derecho a la diferencia” y la teoría de la “autonomía de gobierno para los pueblos indígenas” que se regirán bajos sus “usos y costumbres ancestrales” es solo un discurso que suena bonito, pero no se respalda en el verdadero conocimiento de la realidad dentro de las múltiples culturas que pueblan el territorio colombiano.

 

Y la gran mayoría de los “Lideres” indígenas han aprendido e interiorizado y tal vez creído ético, que todo el párrafo anterior se reduce al derecho a recibir del Estado recursos que ellos pueden manejar “a su leal saber y entender”, sin tener que dar cuenta de ello a nadie. Y tal vez lo creen así esos supuestos “lideres Indígenas” que han manejado la constitución, las leyes, decretos, acuerdos y sentencias, como un burladero en el cual esconderse agazapados cuando viene el toro y del cual salir cuando les conviene.

 

5.    El Apoyo del otrora Cabildo Gobernador, Luis Napoleón Torres a los programas de recuperación del territorio y la cultura, el establecimiento de un sistema de educación bilingüe y bicultural, capacitación de maestros y de enfermeros indígenas en asocio de USEMI, es otro de esos momentos que a mi modo de ver tienen gran importancia, al reflexionar sobre el liderazgo ejercido en aquellos años 60, 70 y 80.

 

6.    La expulsión de los Misioneros Capuchinos por parte de la Comunidad.

 

 

7.    La Salida de USEMI por petición de la comunidad a consecuencia de presiones de diferentes grupos con presencia en la Sierra.

A la salida de USEMI, entidad creadora y coordinadora de estos programas, entre las autoridades Cabildo Gobernador y Mamus, y al pasar maestros y enfermeros a depender de la Secretaria de Educación Departamental y de la Secretaría de Salud y las EPS, hubo una ruptura y la aparición de nuevos “Líderes” a sueldo, dependientes económicamente del gobierno nacional y administrativamente de los “Líderes o autoridades indígenas”. En este momento comenzó a perderse la autoridad de los Mamu y Sakukos sobre estos programas y aparecieron los lideres impuestos y a sueldo y con manejo de presupuestos.

 

8.    La Constitución de 1991 y sus reformas en lo que respecta al manejo de las comunidades indígenas, los nuevos mecanismos de participación ciudadana a los que acceden los indígenas, entre los que quiero destacar el de la Consulta Previa y elección de los gobiernos locales por medio del voto popular, cosa esta última que siempre había existido entre ellos ( Con notables variantes) pero que ahora se rodea de ritual de candidaturas, publicidad e intrigas propios de las “democracias” modernas, son otro fenómeno a destacar en los nuevos liderazgos.

 

9.    El manejo presupuestal delegado por el gobierno a “lideres” de las comunidades, y los conflictos que esto ha generado por: celos, envidia, negligencias, falta de capacitación, insolvencia ética, o lo que sea, es otra característica para considerar.

 

 

10. La educación profesional universitaria para los indígenas por medio de becas y cupos, que se ejecutan sin tomar en cuenta la costumbre tradicional de “Encargo”, ayuda a la instauración de un liderazgo de profesionales no necesariamente vinculados a las necesidades de la comunidad ni orientados por sus Sakukos.

 

Los acontecimientos que hasta aquí he enumerado, a mi entender son grandes capítulos a investigar y concienciar más profundamente por los Indígenas tradicionales y por ese gran número de Gunamu llamados “líderes” entre los que tienen gran importancia los Comisario, Secretario, Cabildos, Cabos, Policía y Semaneros. Además, por quienes ostentan cargos de funcionarios dependientes del Gobierno Nacional como son Corregidores, Maestros, Enfermeros y empleados de las EPS e IPS con jurisdicción en la Sierra. Hago el mismo llamado de estudio y reflexión sobre estos acontecimientos y sus consecuencias a los Profesionales Indígenas y a los estudiantes de entidades educativas del nivel superior.

Los pueblos indígenas de la Sierra Nevada han avanzado mucho en sus objetivos de autonomía dentro del Estado Colombiano, pero esos avances requieren del estudio y la meditación, de la que siempre han hecho gala en los momentos de crisis.

Por último, quiero llamar la atención sobre el papel de la Mujer en las comunidades indígenas y más que su papel, diría si estatus.

Como otro resultado del roce, la vecindad, y la natural influencia intercultural, las mujeres Arhuacas que por diversas razones han salido a estudiar o a participar con grupos políticos y activistas, han sido permeadas por una ideología que, a mi modo de ver, su justificación es por lo menos discutible, me refiero al “feminismo”.

Al estudiar las culturas indígenas de la Sierra Nevada, rápidamente salta a la vista y llama poderosamente la atención la importancia de lo femenino: La Madre, la Madre tierra, la laguna, la permanente mención de las madres mitológicas como Ati Naboba, quien entre muchas cosas enseñó el arte del tejido que es el medio por el cual permanentemente las mujeres guardan los pensamientos, los Kunzamanu.

El agua es representación de lo femenino de la feminidad positiva y negativa de manera complementeria.

El hecho de que la posesión de la tierra recaiga sobre la mujer y no sobre los hombres, cosa que es garantía de seguridad para la familia.

La misma casa y la Kankurua son semblanzas de lo femenino y no se encuentra en el ritual, la arquitectura y la cosmovisión nada que lleve a pensar en una sociedad patriarcal o machista.

Recuerdo a grandes líderes femeninas o como dicen los activistas del siglo XXI: “Lideresas”, como Dionisia Alfaro y últimamente a Leonor Zalabata, Ati Kugwa y Benereza Márquez. Ellas no tuvieron que abrirse un espacio de participación a codazos con los hombres Indígenas con quienes alternaron y han participado en los campos de lucha que han vivido. Más bien diría que fueron llamada a aportar su gran fuerza, su inteligencia y su arrojo.

Por todo esto y algo más que debe ser estudiado, como lo son las mujeres de los Mamos, es que no veo razón para que en la cultura indígena de la Sierra haya un liderazgo “Feminista” reivindicatorio de su condición segundona al interior de la cultura. Lo entendería como una fraternización con las mujeres de otros medios culturales, a las que podrían servir de ejemplo.

Pero acurre que, por influencias de transposiciones, interpretaciones o prejuicios, ha aparecido entre las jóvenes Arhuacas este movimiento Feminista como reivindicatorio de situaciones de injustica vividas al interior de la cultura. Me atrevo a pensar que esto obedece a campañas politizadoras externas que no se corresponden con situaciones que sufra la mujer indígena de la Sierra.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Según los principios de la Ley de Origen es necesario:

 

CUIDAR LA TIERRA,

SALVAR LA VIDA,

BUSCAR EL EQUILIBRIO

Y ESTABLECER EL ACUERDO

 

 

 

 

EL LIDERAZGO

Y

LAS CULTURAS INDÍGENAS DE LA SIERRA NEVADA DE SANTA MARTA.

 

Para aclarar un poco el camino que me lleva a la tesis que pretendo plantear, busqué las tres primeras definiciones que sobre líder y liderazgo encontré en la Internet las cuales son:

Liderazgo: Situación de superioridad en que se halla una institución u organizaciónun producto o unsector económicodentro de su ámbito.

El liderazgo es la capacidad que tiene una persona de influir, motivar, organizar y llevar a cabo acciones para lograr sus fines y objetivos que involucren a personas y grupos en una marco de valores

Un líder es una persona que encabeza y dirige un grupo, mientras que el jefe es la persona que tiene autoridad o poder sobre un grupo para dirigir su trabajo o actividades. Además, son muchas las actitudes que pueden hacer que una persona entre en el perfil de líder o de jefe.

Trataré el tema del “Liderazgo” entre las culturas indígenas de la Sierra, pues las determinaciones que se toman alrededor de “La Cuestión Indígena” y que los afecta en temas de territorio, autonomía, salud, educación y otros, son tomadas por entidades competentes con la participación de “lideres” de las comunidades y confío en que mi percepción de ese “liderazgo” podrá dar luces a quienes en estos días:

-          Ejercen de alguna manera liderazgo en medio de esas comunidades.

-          Son percibidos como líderes indígenas de las comunidades de la Sierra, por personas ajenas a ellas.

-          Han actuado o actúan como tales frente a instituciones no indígenas, tanto gubernamentales, como ONGs, periodistas o frente a la academia.

También creo que mi percepción acertada o no, podría iluminar a quienes siendo ajenos a las comunidades indígenas tiene que relacionarse con ellos. Me refiero entre otros a:

-          Funcionarios y autoridades gubernamentales.

-          Investigadores académicos o de otra índole.

-          Periodistas.

-          Representantes de ONGs, y

-          Empresarios.

Por último, quiero justificar mi osadía declarando que la verdad es esquiva y depende del cristal con que se mire, de la perspectiva que ofrece la situación de quien la mira, las circunstancias que rodean lo observado, y que una declaración errónea sobre ello puede provocar a otro a llegar más certeramente a la verdad.

 

Los Líderes en las comunidades Indígenas de la Sierra.

1.    El Mamu.

Al acercarnos a la organización social de estas comunidades es evidente la preponderancia de un Personaje, “autoridad” o “líder” que para nosotros los llamados “occidentales” es común y fácil clasificar de tipo “espiritual” o “religioso”, y esa “autoridad o líder” es el Mamu.

Al conocerlos, es común asociar a los Mamu con los Sacerdotes o Pastores de nuestras religiones, o con los Santones, Lamas, Monjes o Gurús de Oriente. Y no es extraño que se les vea también como Curanderos, Yerbateros, Chamanes, Brujos o Adivinadores. Y no son pocos los que los llaman Caciques. Aunque he de aclarar que ninguno de los anteriores nombres podría darse inequívocamente a los Mamu.

Encontramos también en su organización otros personajes llamados:

Comisarios.

Cabildos.

Secretarios.

Cabos.

Policías.

Semaneros.

Estos personajes es fácil percibirlos como autoridades del mundo civil o secular y no nos es posible desprendernos de la idea de que son autoridades de rangos confusos para nosotros, impuestas desde la época colonial o que, copiadas de ella, aún persisten.

Esta idea es reforzada por el hecho de que el nombre de su cargo se expresa invariablemente en castellano. Muchos asocian al Mamu a lo espiritual y a los demás al mundo secular o civil lo que no es exacto.

Pero llegar a merecer ser tenido en cuenta para alguno de estos cargos u oficios, es un camino arduo, largo y difícil, que el joven que lo pretenda debe estar dispuesto a emprender desde su temprana adolescencia.

Para llegar a ser Mamu se requiere toda una vida, desde la niñez a la ancianidad pues serlo requiere de un constante aprendizaje. No es algo que se consigue con seis años de bachillerato y cinco de Universidad, ni lo garantiza la especialización o una maestría. El examen se va dando poco a poco con el paulatino reconocimiento de méritos que en el transcurrir de años le otorga la comunidad.

Y si entramos un poco más en contacto con los indígenas comienzan a hablarnos de los Sakukos. (Cabezas) Sa´ha o Ati (madre) y también de los Teti Achana = Hombre Viejo. Guati Achana = Mujer Vieja. Ellos como “Eméritos” conforman el Grupo de los “Mayores”, a los que acatan y reverencian los “gunamu o seguidores de ellos, y entre los Kogi los” Vasallos”.   

Alrededor de un viejo siempre habrá un buen número de Gunamu entre los Ikän o de Vasallos entre los Kogi y, la reverencia a un Viejo, un Mayor, un Achana, un Mamu, estará ligado al número de sus seguidores gumamu, o Vasallos y este número dependerá de del reconocimiento que merece su edad, sus aciertos, su sabiduría.

Alguien no indígena, al entrar en relación con miembros de estas comunidades de la Sierra Nevada, más temprano que tarde percibe que de manera directa le dan a conocer otra jerarquía que para ellos es muy importante:

Ellos, como comunidad, son los Hermanos Mayores de la Humanidad y nosotros somos sus Hermanitos Menores. Esta jerarquía se verá sustentada a diferentes niveles de profundidad, dependiendo de quién la exponga, ante quién esté sustentándola y también del tema que los convoque.

Este apelativo que ellos se dan y que es expresión de una alta autoestima, contrasta mucho con el sometimiento que algunos “lideres” de la Sierra manifiestan ante jefes políticos no indígenas que los influencian.

Ese nombre se podrá justificar simplemente porque ellos ya estaban aquí cuando “llegó Colón con todo su Batallón” y podrá añadirse que ellos fueron quienes recibieron de la “Madre Original” la “Ley de Origen” y Kaku Serankua les asignó la Sierra como su territorio.

Y si se les pone en duda su mayorazgo o primogenitura aduciendo tecnologías o conocimientos propios de los no indígenas, refutarán diciendo que La Madre, en la Ley de Origen, dio a cada uno las herramientas que ella eligió, pero inicialmente todas esas tecnologías y conocimientos eran de los antepasados de ellos y que por obediencia a la Madre las dejaron en manos de sus Hermanitos Menores. Los Civiles, Civilizados o Hermanitos Menores tenemos nuestro padre, en el Cerro Awawiko.

Y siguiendo esta argumentación se podrá pasar noches enteras de relatos donde se da fe de la magnífica capacidad, fuerza y poder mental que antiguamente poseían los Mamu para pelear contra sus enemigos, para curar todas las enfermedades y para hacer viajes interestelares que nos dejarán maravillados. (Lo anteriormente expuesto ocurre con mayor intensidad y frecuencia entre los Kogi)

Actualmente en época de Pandemia, no son pocos los Indígenas de la Sierra quienes deambulan amplia y libremente aduciendo que los Mamu ya hicieron los trabajos necesarios para protegerlos del Coronavirus.

Centrándonos en el liderazgo, podremos ver claramente dos tipos de “autoridades”. La primera detentada por los Mamu, de origen claramente indígena.

Y la segunda de origen “civil” lo que quiere decir proveniente del “civilizado” o sea del gobierno de los no indígenas. Y en cada poblado la vamos a encontrar en cabeza del llamado Comisario, su Secretario y los Cabildos.

En nada, “civil” se contrapone a “religioso o espiritual”. Estos conceptos opuestos nacieron de la percepción de los no indígenas por asimilación con conceptos de la sociedad “occidental”.

Las culturas indígenas de la Sierra no hacían diferencia en cuanto al orden civil y el orden religioso, para ellos civil es quien pertenece a la civilización y punto. Un cura y un policía serán ambos civiles en cuanto no son Indígenas. Y civilización no tiene connotación preponderante frente a indígena o tradicional.

Los Mamu ejerce su autoridad o “mando” según la Ley de Origen dictada Kaku Serankua

Cuando digo: “El Mamu manda”, no quiero expresar lo que es común entender por gobernar en la cultura occidental. Con tal expresión quiero decir que el Mamu presidía, oficiaba, orientaba, encabezaba, enseñaba, es tenido en cuenta, consultado o se acude a él, en asuntos individuales, familiares, comunitarios locales o que abarquen a toda la población de su etnia y no son pocas las veces en las que es necesaria la participación de varios Mamu de los diferentes grupos étnicos de la Sierra, ya que sus raíces y principios culturales son los mismos, pero la autoridad de cada uno es diferente y también es diferente el campo de conocimiento y la profundidad que cada quien posee.

Gobernar para los Indígenas podríamos decir que es actuar según la Ley de Origen que busca el equilibrio para establecer el acuerdo.

Cuando he oído hablar de La Ley de Origen, yo extraigo cuatro principios generales aplicables a los todos grupos Indígenas de la Sierra, que son:

1.    Cuidar el Mundo.

2.    Salvar la Vida.

3.    Buscar el Equilibrio.

4.    Establecer el Acuerdo.

Su mundo no se divide como para los creyentes cristianos en un mundo materias y temporal, y otro celestial y eterno. El primero gobernado por autoridades del orden civil y político cuyo poder le viene del voto popular o de la fuerza, y el otro del orden espiritual y moral que viene de Dios. Tampoco se equipara o parece a la monarquía donde poder material y espiritual se dice que proceden de dios.

Hasta aquí es claro que, como consecuencia de la conquista, la evangelización, la reducción a la nacionalidad de colombianos, los intentos de civilización y castellanización, el “Liderazgo” entre los indígenas se modificó, sin que a la fecha dicha modificación sea definitiva, clara y representativa de esas comunidades, y más aún entendida sufrientemente por quienes acuden a ella o por quienes la ejercen.  

Creo que ellos mismos no han hecho conciencia suficiente de esto y de las consecuencias que debido a ello, cada día sufren.

El Mamu, no es una institución, cargo o jerarquía única a la que se llega por medio de un proceso claramente explicito, comparable al Papado de Roma para los católicos, que exige primero ser sacerdote, luego obispo, luego cardenal y entre los que son cardenales se elige a uno que será el único Papa de por vida.  

Llegar a Mamu tiene un proceso sin escalones claros y verificables, y solo el reconocimiento de los Gunamu, merced a su edad, sus aciertos, logros, conocimientos en algunos de los diferentes campos en los que actúa, definirán si es Mamu Mayor o no lo es, y además puede haber múltiples Mamu mayores, que lo serán siempre sin importar que haya otros muchos.

Hay Mamus de Mamus, y hay Mamus Mayores y Menores. Hay Mamus para unas artes o ciencias y los hay para otras. Hay unos que trabajan con ciertas técnicas y para ciertos fines y otros con diferentes técnicas y para diferentes fines.

Y lo peor de todo es que hay quienes se fingen Mamu, para engañar incautos “civilizados” y turistas distraídos y sacar beneficios económicos en transacciones. Estos son personajes que han bajado de la Sierra y poco a poco se han ido acomodando en diferentes ciudades al amparo de la curiosidad de los Bunachi. Sobreviven vendiendo mochilas, hojas de coca tostadas a las que con poco escrúpulo le atribuyen toda clase de beneficios medicinales, alimenticios y espirituales, a estos que han cambiado la agricultura por el comercio los llama un antropólogo amigo: MamosHippys.  Y entre los que conocemos un poco de esto, hay algunos que coloquialmente llamamos “Hippymamos”. Personas no indígenas que, al entrar en contacto con ellos, adoptan “formas” y costumbres y se hacen pasar entre los no indígenas por sabedores de “ciencias ocultas”.

Con estos fenómenos vienen a mi memoria los días en que ir a la india a entrevistarse con Gurús, Santones y Faquires, era la moda en la que con gran éxito publicitario incursionaron los Beatles.  

Reconozco dos caminos claros y aceptados en las culturas indígenas de la Sierra para que alguien pueda llegar a ser llamado Mamu.

El primer camino, para entendernos podría llamarlo la “predestinación”, tiene dos candidatos con posibilidad de acceder al oficio, conocimiento o dignidad, pero no se podrá decir, al cargo de Mamu, pues no se trata de un cargo. Se trata de un servicio que requiere la comunidad y que no todos están dispuestos a prestarlo, ese oficio requiere de los que en nuestro medio llamamos vocación y testimonio.

El primer candidato es el mismo hijo de un Mamu a quien éste prepara durante toda su vida y mientras trabaja junto a él en las labores propias del Mamu y en las comunes a los demás varones de la comunidad, va aprendiendo todos los conocimientos, técnicas y especialidades de su padre, y va por temporadas de visita a la Kankurtua de otros mamu con el fin de aprender más.

Durante este período el niño es alimentado especialmente con “Comida Moro” la cual es la propia “endémica” de la región, sin sal y nada que sea comprado o productos de la “Civilización” deberá ingerir. Es apartado lo más posible de la común socialización con otros niños, y en la medida de su avance en edad y conocimientos comenzará a ser conocido por la comunidad y reconocido por ella hasta que su momento de actuar independientemente llegua de manera natural.

Y llegará porque “Sacó mujer” y fue a vivir a casa de su suegra y allí en algún momento construyó, con la colaboración de sus gunamu su propia Kankurua, o porque su padre al envejecer fue paulatinamente dejando en sus manos la “responsabilidad o el oficio” y continuará trabajando en esa Kankurua y los gunamu de su padre se han ido paulatinamente convirtiendo en suyos.

Quien se preocupa por ser un Mamu a carta cabal, visitará por temporadas a otros Mamu, con el fin de adquirir nuevos conocimientos. Esto le dará mayor prestigio. Ha sido muy común lo que observé y existen testimonios escritos de que en múltiples temporadas los Mamu Arhuacos viajan a consultar y recibir enseñanzas de los Mamu Kogi quienes son tenido por los más sabios y conocedores. No tengo experiencia ni leído reseñas escritas, de que haya ocurrido que Mamu Kogi fueran a estudiar con Mamu Arhuacos.

Cada Mamu tendrá su Kankurua o casa ceremonial propia. No existe la Kankurua Mayor que los católicos asocian a la Catedral de la Ciudad. Pero he escuchado de Indígenas que queriendo entrar en el negocio del turismo cultural y con miras a ganar dinero, construye por su cuenta, con la ayuda de amigos y familiares, Kankuruas, en las que ofician ritos y ceremoniales diversos a petición de turistas despistados.

Desde hace un tiempo he comenzado a oír que las Autoridades Centrales de los Arhuacos comienzan a hablar de las Cuatro Kankuruas Mayores como representación de la totalidad de la comunidad Arhuaka ellas son: Nu´maka, Seykumuke, Kunzinkuta y Zeinimin.

Esto a mi entender es muy acorde a las tradiciones y culturas de la Sierra Nevada. Los indígenas tienen tres números de gran importancia: El Cuatro, el Siete y el Nueve, y hablar de cuatro kankuruas, como de cuatro castas, de cuatro grupos étnicos, de cuatro direcciones cardinales, de cuatro colores básicos, es algo que juega muy bien con el pensamiento indígena Arhuaco.

En el Origen los Arhuacos hablan de cuatro Madres, Cuatro Padres, Cuatro cerros que rodean a Chundua, de cuatro direcciones cardinales, cuatro tierras, la Blanca, la Amarilla, la Roja y la Negra. Por tanto, hablar de cuatro kankuruas es algo concordante. Más aún cuando en la tradición y escritos se habla de los Cerros como de iglesias y del mítico Valle de Chundua rodeado de los cuatros cerros: Kaku NansaviDuisurabei, Duia Udua, Kaku YuisKungui.

Se habla de “Las Cuatro Kankuruas” como una referencia a algo muy importante en la tradición cultural de la Sierra y que, para los efectos de este texto sobre el liderazgo, diré que es una referencia de la totalidad y al acuerdo general al que se llega en asuntos de máxima importancia y de repercusión de toda la comunidad indígena Arhuaca. Un acuerdo al que se llega y del que por la representatividad que supone, no podrá haber apelación alguna.

Antes puse entrecomillas la palabra “oficio” porque de hecho lo es. Un Mamu en ejercicio tubo que dedicar muchísimo tiempo y trabajos al aprendizaje, que demandan de él largas jornadas de camino, días de ceremoniales, noches de ayuno, meditación, escucha, aprendizaje y consejos que recibe de otros Mamu o que imparte a sus gunamu. Esta actividad le impedirá trabajar en su finca para conseguir el sustento de su propia familia, por lo cual sus Gunamu, le retribuyen con trabajo, con alimentos y demás enceres necesarios para la vida de una familia indígena. La retribución en especie entre los Arhuacos se llama Makuruma y se traduce como regalo, yo pienso que su significado y función va mucho más allá y debe investigarse y tampoco equipararse a pago o a lo que la antropología clásica llama el “tributo” termino que yo prejuiciosamente no acabo de compartir, menos aun cuando se une al de “Cacicazgo”, aunque en aras del análisis académico, lo acepto.

El segundo candidato para acceder a Mamu por el camino de la predestinación, es un niño de una familia diferente a la familia nuclear del Mamu. Este es elegido desde muy temprano edad, incluso se dice que, desde el parto. Cuando ocurre que un bebé nace con el codón umbilical cruzado en su pecho, es signo de que está destinado a ser formado para Mamu.

Yo prejuiciosamente, y sin tener testimonios reales, más bien interpretaciones de hechos, creo que ocurren circunstancias que política, económica o socialmente hacen que un niño sea destinado por acuerdo entre sus padres y el Mamu del entorno inmediato, poblado o región para ser educado como tal, pues la comunidad necesita de alguien que se forme para cumplir esa función.

Este segundo camino para ser Mamu es el que han seguido aquellos que no fueron elegidos y formados desde niños. Personas ya adultas amantes de sus tradiciones y costumbres, lideres natos a los que la comunidad recurre frecuentemente en busca de consejo y ayuda. Estas personas por su condición de respeto a sus tradiciones son cercanos a los Mamu y de ellos aprenden en la medida que los consultan y acompañan en las peregrinaciones y rituales que presiden.

En la medida en que el personaje va volviéndose “Achana” (viejo), además de conocimientos adquiere experiencia la cual le otorga frente a la comunidad un halo importancia que deviene en reverencia. Estas circunstancias van haciendo de estos personajes, individuos muy solicitados y algunos eventualmente salen del común de los Sakukos o Achanas y construyen con el aporte de sus Gunamu, su kankurua y comienzan a ejercer explícitamente el oficio.

Llegar a Viejo es para los indígenas de la Sierra una expectativa muy diferente a la que es para alguien de la sociedad moderna occidental. Nosotros amamos la juventud y ellos ansían “llegar a viejos para estar sentados dando consejos” en la anterior expresión coincidían varios jóvenes durante los años que viví en la Sierra y yo he hecho el siguiente análisis.

Es natural al ser humano ser reconocido, tomado en cuenta y además llegar a tener autoridad y poder.

Del joven se espera que escuche, obedezca y aprenda.

No se espera de él que manifieste su opinión, pues ¿sobre qué podrá tener opinión alguien que no conoce, no sabe y no ha tenido experiencia? Aún no han llegado a la Sierra los “influencers” o Youtubers, aunque si se da un paseo por Instagram y por Facebook se verá que poco o nada falta para eso.

Y últimamente he tenido charlas con algunos jóvenes que me han manifestado que su interés es ser Mamu. Creo que el estatus y aparente estabilidad económica que da el ser Mamu, atrae a familias de individuos que quieren hacer carrera como Mamu, poco saben estos de la vida de sacrifico y entrega que exige el oficio de Mamu con sus múltiples e inesperadas demandas de parte de su comunidad.

Es difícil ser joven en una sociedad como la indígena de la Sierra Nevada, allí:

-          Mirar a los ojos a un adulto es acto de altanería.

-          El juego de niños y adolescentes es mal visto por los mayores.

-          Los niños deben permanecer siempre ocupados y el ocio no está bien visto.

-          Un joven para ascender en la escala social empieza haciéndose ver entre los mayores como serio, trabajador, responsable y ejecutando tareas que se le encomiendan como policía, Semanero o Cabo.

-          Como yerno trabaja muy fuerte en la finca de su suegra para hacerse digno de su confianza y respetado como adulto entre los de su nueva familia.

-          Debe ser buen proveedor y conocedor de los diferentes artes y oficios, necesarios para llegar a ser conocido y respetado como adulto autónomo.

Por solo edad no se consigue la adultez, en la Sierra hay que demostrar que uno se ha Graduado de Adulto.

Los viejos por el contrario son ya lo que son y se pasan mucha parte del tiempo sentados, dando consejos, presidiendo reuniones, adivinando y dando órdenes a los jóvenes.

A modo de conclusión de este apartado, y además como diferencia a otros líderes de la comunidad indígena de la Sierra Nevada, diré que quien es Mamu nunca dejara de serlo, pues ese estatus depende se sus conocimientos, experiencia y del reconocimiento que recibe de su comunidad. El saber no se pierde aunque se comparta.

 

2.    Comisarios, Cabildos, Cabos, Policías, Semaneros.

Estos “líderes” por su nombre en castellano y por sus actividades son las que yo llamo de origen colonial, español, bunachi o civilizado. No necesariamente son lideres en el estricto significado de la palabra. Están en camino de serlo y es posible que realmente no lo consigan.

Tienen preponderancia porque la comunidad los designó para ejercer un cargo que es temporal u ocasional y sirve de enlace con autoridades del Gobierno Nacional de Colombia. Cargo necesario a ambas partes, la comunidad y el gobierno.

Cuando en algún momento, para mí no muy claro, comenzó a llamarse capital de los Arhuacos, al pueblo de Nabusimake, que fue llamado por los Capuchinos Españoles San Sebastián de Rábago, también debió ser a consecuencia de esto que a su Comisario comenzó a distinguírsele como Comisario Central.

Esto dio al territorio Arhuaco una connotación que no era original, es decir unos poblados que contaban cada uno con un comisario, varios cabildos, cabos, policía y semaneros, comenzaron a girar aparentemente alrededor de otro pueblo al que Capuchinos y Gobierno le dieron carácter de Capital y a su comisario más tarde se le dio el nombre de Comisario Central. Esa organización centralista y jerárquica no es original y lo asevero por lo siguiente:

Si existiese un gobierno central, el comisario central sería elegido por todos los comisarios de los otros pueblos o por todos los Arhuacos o por representantes de las cuatro kankuruas y no es así al comisario de Nabusimake lo elige la comunidad de Nabusimake.

Mi interpretación de este centralismo y que la sustento aún más al leer el texto de la Tutela que interpusieron algunos “líderes” en contra de la elección de Sarwawiko Torres como Cabildo Gobernador en agosto de 2020, es la siguiente:

Hay en la comunidad Indígena personajes ya avezados en manipulación jurídico-política que se aprovechan de estas confusiones. Aprendieron de los Capuchinos, de los Jefes de Asuntos Indígenas que han trabajado en medio de ellos, de los cacique políticos que siempre se han aprovechado de ellos y del centralismo imperante en nuestro país.

El Comisario debió ser el brazo largo que tuvieron desde la colonia, los alcalde y corregidores, para ejercer sus funciones en medio de las comunidades Indígenas. Este personaje o cargo comenzó a tener arraigo pues ejercía de coordinador de las reuniones de la comunidad, amigable componedor de diferencias entre personas y familias, coordinador de trabajos comunales como arreglos de caminos, fabricación de puentes etc. Era un “cargo” sin un período establecido de duración.

Los Cabildos son personas Mayoreas de prestigio, pasados comisarios y buenos consejeros. Personajes que merecían respeto y acatamiento. Recientemente supe de un poblado en el que, a falta de maestro, los mayores decidieron nombrar cabildo a la niña más carismática para vigilar a los otros niños.

Los Policías son encargados de cuidar a los castigados y traer a las reuniones a personas que no quieren asistir o que necesitan ser convocados. Un policía es una persona joven de mayor carácter de entre los de su generación y que responde a un Cabo. Es de anotar que la edad no interfiere para que un personaje carismático y recio, pueda ser elegido Cabo al que le reportarán personas de mayor edad que él.

Los Semaneros son más jóvenes, mensajeros que llevan y trae mensajes de parte de o hacia las autoridades y Mayores. Ser semanero es el primer grado de ascenso en la escala de reconocimiento social. Se puede ser semanero cuando el adolescente sale del dominio de su padre en el hogar y comienza a alternar en el poblado o grupo social más amplio.

 

 

 

 

3.    Los secretarios.

Para analizar estos personajes o “lideres” de la comunidad Arhuaca, debemos remontarnos al 1916, cuando una comisión de indígenas visitó en Bogotá al presidente José Vicente Concha y Vicencio Torres Márquez Historiador indígena Arhuaco lo relata así en su libro:

“a uno de los jefes Arhuacos se llamaba Juan Bautista Villafaña, lo eligieron como delegados o “diplomáticos y se marchó a la ciudad de Bogotá en compañía de cinco miembros que eran:  Juan Antonio Mejía, Diego Torres, Fermín Garavito, Salvador Izquierdo y Rafael Izquierdo. Llegados allá se adelanta el jefe interprete Juan Bautista Villafaña…. Habiendo sido escogido por los mismos jefes de todos los indígenas Arhuacos de casta Vintukua, o sea por los principales cabildos, en acuerdo con el corregidor de policía y su respectivo comisario… quienes me envían como delegado.

De relatos como este es que deduzco que los delegados enviados de la Sierra a contactarse con personajes del mundo Bunachi, no son autoridades, ni lideres.

Dionisia Alfaro. Reconocida ampliamente como “Líder” de la Comunidad Arhuaca, en su libro “DIONISIA Autobiografía de una líder Arhuaca”, declara desconocer la tradición y haber sido desde los 6 años educada por los Misioneros Capuchinos. Se destacó por su buen manejo del castellano su liderazgo y no tener ni pena ni miedo de hablar y decir la verdad siempre.

Según Guillermo Padilla Rubiano -Cuadernos Makuruma #2 Confederación Indígena Tairona, diciembre 2019. Una comisión de indígenas viajó en 1916 a pedir maestros y el gobierno les mandó a los Capuchinos.

Según Pablo Mora Caldero, Cuadernos Makuruma #1 Confederación Indígena Tairona diciembre 2019. Fueron los Misioneros quienes en 1910 propusieron al gobierno la estrategia de orfelinatos y el 1917 fundan el de Nabusimake poblado al que cambian el nombre por San Sebastián de Rábago.

Según Vicencio Torres Márquez, historiador Arhuaco en su libro “los Indígenas Arhuacos y la Vida de la Civilización, Librería y Editorial América Latina. La misión Capuchina se instaló en San Sebastián de Rábago en 1966.

Según Dionisia Alfaro. Autobiografía de una Líder Arhuaca los capuchinos llegaron en 1916.

El día diez y ocho del mes de enero de 1934. El representante del Cabildo de indígenas Ignacio Márquez, encargado de celebrar la ceremonia de mortuoria envió una comisión ante los caciques de Cherúa que eran mama Manuel Barros y el mama Vicente Daza.

Los compañeros fueron tres: el mama Cándido Villafaña, su Hijo Juan Bautista Villafaña Márquez y el Señor Vicente Torres.

Para conocer la sabiduría Kogi y transmitirla a los Arhuacos con el fin de que se volvieran a organizar y vivieran conforme a la tradición indígena.

El año siguiente 1935 estando encargado de la autoridad Apolinar Izquierdo resolvieron hacer una colecta para enviar una nueva comisión ante los Mamas Cheruanos. Resolvieron que viajaran los tres mismos del viaje anterior.

En las anteriores citas de documentos quiero sustentar mi tesis que apoyo, además, en mis experiencias de convivencia entre Arhuacos, Kogi y Wiwas. Durante mis seis largos años de convivencia con ellos en diferentes ocasiones yo o alguno de mis compañeros servimos de secretarios para dejar plasmados en actas los acuerdos a que llegaban en reuniones de diferentes asuntos.

El secretario es pues: Alguien que sabe mejor que otros el castellano, un buen escribiente, no es tímido y habla sin temor ante otros, es confiable para los verdaderos Sakukos.

Es el momento de hacer una nueva anotación con respecto al escribiente. Es un hecho heredado de los españoles a las comunidades indígenas y tradicionales de toda América latina, la importancia de hacer una acta, de enviar un mensaje escrito y sellado. Hacer costar en un papel los acuerdos a los que se ha llegado luego de una discusión. Esto solemnizarían los acuerdos y acontecimientos y tener un papel, aun sin que se sepa leer lo que allí está escrito, da cierta preponderancia a quien lo posee.

Esos que han fungido como emisarios del los Sakukos, como secretarios escribientes, esos que hablan con mayor fluidez terminaron siendo tenidos por el gobierno colombiano, por las distintas autoridades Bunachi, por periodistas e investigadores, como “Lideres” y Autoridades, sin que realmente lo sean.

Haciendo justicia a algunos personajes que llegaron a ser Lideres y autoridades de gran importancia, debo mencionar un caso especial.

Hubo en los años sesenta varios personajes que habiendo sido educados por los Capuchinos en el orfelinato de San Sebastián de Rábago y como consecuencia de ellos fueron catequizados, castellanizados, obligados a no hablar su lengua, a no tener contacto con los mamos, apartados por meses de su familia nuclear, obligados a vestir ropa occidental, cortase el pelo a la usanza Bunachi, y algunos de ellos a casarse con parejas elegidas por los Capuchinos, estos a los que me refiero, por algún mecanismo interno de la comunidad, por inspiración familiar o propia o por influencias difíciles de precisar, volvieron a ser parte de la comunidad tradicional. 

Puedo mencionar los nombres de Luis Napoleón Torres, quien después de vestir de civil y estudiar en las escuelas de Sutatensa, llegó a ser nombrado Cabildo Gobernador. Ángel María Torres quien fue discípulo y aprendiz de pastor evangélico y siempre vistió de civil. Hugues Chaparro vestido de civil con pelo largo y poporo fue comisario de Donachui. Estos tres importantes lideres que murieron asesinados por su lucha en favor de la autonomía Indígena, de la recuperación del territorio usurpado y en favor de una educación que respetara du lengua y cultura son testimonio de que existen mecanismos eficientes para “buscar el equilibrio y establecer el acuerdo que les permita avanzar como pueblo culturalmente diferente y autónomo. Pertenecen de alguna manera a este rango de líderes, Dionisia Alfaro, Leonor Zalabata, Benereza Marquez y sin duda muchos más que no recuerdo o no conocí.

Traigo a colación este fenómeno por que en la actualidad hay una abierta escalada de liderazgos en medio de los pueblos indígenas de la Sierra, actividad que se basa, para mí en lo que hasta aquí he expuesto.

Hay por parte de las comunidades una fuerte actividad para llamar a cuentas a lideres reales, lideres impuestos y lideres desorientados que no han respondido adecuadamente a los que la comunidad esperaba de ellos.

Yo confío en que las distintas experiencias de esos liderazgos auténticos o no. Manejados desde fuera por fuerzas no claras, u oportunistas que quieren aprovecharse para sí de los recursos que son de la comunidad, puedan ser pacientemente neutralizados por la comunidad y sus Mamos, y lograr que vuelvan humildemente a unirse a la fuerza real que ha mantenido por más de quinientos años a las comunidades indígenas de la Sierra.

4.    El Encargo de ser estudiante

1.    Los indígenas Arhuacos durante más de 100 años pidieron al gobierno nacional les enviara maestros que les enseñaran el buen manejo del castellano y de las matemáticas para no seguir siendo víctimas de engaños por parte de los Bunachi o civilizados.

2.    Las autoridades tradicionales consecuentemente con este objetivo utilizaron como “delegados, emisarios, embajadores o secretarios” a aquellos indígenas que se iban destacando por su buen manejo del castellano, ser confiables y por ser hábiles negociadores y traductores del pensamiento de los Mamu y Mayores.

3.    Mi experiencia, compartida con los miembros del equipo USEMI, con quienes trabajé en la Sierra desde de los años 60 e inicios de los 80, era que el ser elegido un niño o niña para matricularse en la escuela era un “encargo” que la comunidad les daba a algunos, para que aprendiera el español y las matemáticas y más tarde pudiera desempeñar el cargo de secretario, interprete o delegado y además enseñar a otros. Consecuentemente con esta idea, aparece en los relatos de la comisión que viajó a solicitar al gobierno el envío de maestros, que dichos maestros sólo serían necesarios por seis años. Se suponía que era el tiempo suficiente para que algunos aprendieran y estos enseñarían a otros y así sucesivamente.

Esto choca con nuestra convicción de que la educación es un derecho universal consagrado por la democracia para todos los niños.

Pero los Arhuacos que viajaron a Bogotá a pedir al presidente Concha que les enviara maestros para que enseñarles español y el manejo de las cuentas de negocios, no estaban pidiendo educación, pues ellos sabían que sus niños recibían la educación que necesitaban en el seno de su familia y de su comunidad. Ellos buscaban capacitación en un arte del que iba a depender un nuevo oficio que necesitaban, el de mediadores que desempeñaran algunos, no todos.

4.    Al presentarse en las diferentes oficinas gubernamentales: Presidencia, Ministerios de Gobierno, Salud, Medio Ambiente y Educación, ante el INCORA, el SENA y otros, los indígenas que tomaban la palabra y llevaban los mensajes, eran tomadas por sus interlocutores: Gobernantes, ministros y gerentes, como si ellos secretarios o delegados, fueran los grandes “Líderes”. Ya que los verdaderos jefes tradicionales, los Sakukos, los mayores que se quedaban callados por no saber hablar español o se quedaban en sus Kankuruas de la Sierra.

5.    Estos delegados o emisarios, ahora tratados como “Líderes” por las autoridades del orden Nacional, “se la creyeron” y se apoderaron del papel de “autoridades”, seguros de no necesitar de mayor profundidad en sus conocimientos de la “Ciencia Tradicional Oculta” de la Ley de Origen” y de la profunda sabiduría que reposa en los Mamu Achana.

6.    He dicho además que entre los jóvenes existe el deseo de ser reconocidos, tomados en cuenta y llegar a viejos para estar sentados dando consejo y no sometidos a los duros trabajos del común de los mortales.

7.    Hay en la actualidad numerosos jóvenes Indígenas estudiando en universidades de diferentes ciudades. Ninguno ha recibido el “encargo” de las autoridades Indígenas para salir a estudia y luego entrar a desempeñarse dentro de su organización como profesionales en alguna rama del saber. Algunos lo han hecho por cuenta propia, otros lo han hecho porque en el “Occidental entendido de la Democracia” las Minorías y las Comunidades Vulnerables, al tenor de la Constitución de 1991, tienen los mismos derechos que los demás ciudadanos del país. Y por eso les han otorgado cupos con becas de estudio en diferentes Universidades. Y conozco el caso de un indígena Arhuaco matriculado en la Facultad de Arqueología de una prestigiosa Universidad de Bogotá. Cuando le pregunté porque estaba estudiando Arqueología, me respondió:

-          A mí me dieron una beca para estudiar aquí, yo no sabía de Universidades, ni de facultades, ni de carreras diferentes, y cuando llegué sólo había cupo en esta Facultad y ya llevo estudiando aquí tres semestres.

-          Y para qué piensas que te puede servir la arqueología en la Sierra.

-          Yo no sé para qué me puede servir, pues lo que yo quiero es regresar y dedicarme al estudio de los Mamu.

Yo para mis adentros recordé a aquel joven que en 1968 me dijo: “Yo quiero llegar a viejo para estar sentado dando consejo”

El paternalismo con que se redactó la constitución de 1991 en lo referente a los indígenas no es a mi entender un avance en el trato discriminatorio y excluyente como siempre fueron tratados. Si el Estado por medio de sus legisladores no se toma el trabajo de conocer las culturas indígenas y entender su organización, seguirá metiendo la pata como es evidente ahora, que la metió. Literalmente para mí la democrática determinación del constituyente que quiso compensar a los indígenas, al hacerlo sin la preparación y conocimiento cultural necesario creó una fractura interna en la concepción del acuerdo tradicional a que ellos estaban acostumbrados. Y esto a mi entender no cumple con el loable objetivo que se buscaba.

Todo lo anterior ha servido para que algunos indígenas jóvenes, que desconocen en menor o mayor grado sus tradiciones, sus costumbres, sus rituales y filosofía de vida, y que ya van olvidando su lengua, comiencen a actuar con apoyo de los “civilizados” como “grandes autoridades”. Estos reciben encargos gubernamentales que implica manejo de presupuestos, lo que hacen no siempre de manera acertada por falta de capacitación específica, honestidad y ausencia del control que los “Mayores ejercen tradicionalmente. Esto ha originado divisiones difíciles de sanar en la Comunidad, ahora sumida en una profunda crisis.

No se equivocó quien dijo algo parecido a que: “el leve vuelo de una mariposa, puede provocar una tempestad”, y para mí la descuidada intervención en la organización cultural de los indígenas de la Sierra Nevada, por bien intencionada que haya sido, le faltó un análisis de potenciales consecuencias negativas, y esas consecuencias negativas se han manifestado con dolor, ruptura y conmoción innecesarios, que una acción más pausada pudo haber evitado.  En este momento quiero recordar el consejo que el Viejo Mamo de Yo´sagaka, Apolinar Torres me daba cuando yo hacía de maestro en la escuela de Donachui: “Guia Yina, Ingwiti Ingwiti, aratuizun nari” y que el mismo me traducía: “León, poco a poco, no arrempujes”.

Regresando a las definiciones que al inicio del texto copié de sitios de Internet, diré:

Estos ostentadores de extraño liderazgo van tras la “Superioridad” “y el Poder influir, motivar, organizar, encabezar y dirigir” grupos para llevar a cabo acciones con objetivos personales o de partidos políticos ajenos a los que se han afiliado o a los que los han enganchado.

Esos “lideres” que oportunamente volvieron a vestir su tradicional manta para parecer, ante las cámaras fotográficas como auténticos representantes de su pueblo, esos que en voz alta, lenguaje “progresista y gesticulación ajena, argumentaron y reivindicaron a la luz del derecho internacional humanitario, de los Derechos Humanos consagrados por la ONU y mil organismos más, que su pueblo tenía el derecho a gobernarse de acuerdos a sus “usos y costumbres tradicionales”, esos mismos “Lideres” fueron los que a la hora de ser llamados a cuentas por los Achana, por sus Mayores, por los Mamu y la comunidad que a su alrededor se congregó, no tuvieron ningún reato en olvidar sus demandas de autonomía interna, para haciendo uso de sus conocimientos leguleyos, interpusieron ante las autoridades Bunachi y en contra del deseo de la Comunidad, una Tutela para impedir que a ellos se les examinaran sus actuaciones. Es que parece ser que algunos son indígenas solo cuando les conviene.

Pero afortunadamente: Un líder es una persona que encabeza y dirige un grupo, mientras que el jefe es la persona que tiene autoridad o poder moral sobre un grupo para dirigir su trabajo o actividades.

Y parece ser que los Jefes Indígenas Arhuacos, los Mamu o un importante número entre ellos, se han percatado de que ya es hora de llamar a cuentas a estos miembros de su comunidad que en momentos de encrucijada se han apartado de su cultura y tradición.

Quiero volver sobre los cuatro principios que mencioné de la cultura Indígena de la Sierra Nevada de Santa Marta, para destacar la oportunidad que ahora toman los dos últimos de ellos:

A mi entender llegó un nuevo momento de:

Reunirse en la Kankurua para buscar el EQUILIBRIO, y establecer un nuevo ACUERDO que les permita avanzar.

 

Conclusión

Me sedujo comprometerme a trabajar en medio de las comunidades Indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta, con USEMI en 1968, la premisa que desde entonces hemos manejado:

“Investigar y conocer la realidad de las comunidades, con el fin de devolver a ellos mismos ese conocimiento de manera pedagógica tal, que les permita reflexionar su situación y su cultura para poder avanzar.”

Es por eso por lo que, tratando de ser leal a esa premisa, he realizado este texto, no como una tesis que pretende ser concluyente, acertada y verídica en todo. Lo escrito aquí quiere ser un aporte a la reflexión y análisis que la misma comunidad debe hacer para evitar ser víctima de manipulaciones externas que limiten su derecho a la autonomía, que nos permita a nosotros los que ustedes llaman Bunachi Hermanitos Menores, poder seguir beneficiándonos de la sabiduría de su Mamu.

León Montoya Naranjo.

Abril de 2021.