lunes, 29 de septiembre de 2014

PAISAJE
Ando con un paisaje dentro
Buscando un lugar para plantarlo.
A veces creo que lo llevo a cuestas
Sin encontrar donde dejarlo.
Tiene pedazos de regiones que he cruzado.
La luz de algunas comarcas cuando el sol declina.
Perfumes de terruños olvidados.
La fertilidad del suelo en la redondez de su cosecha.
La libre y amplia superficie de los mares.
La extensión remota de planicies
Donde arman sus carpas tribus vagabundas.
Y el prolongado zigzaguear andino de los valles.
Montañas coronadas de nubes que en la tarde lloran.
Provincias con acentos canturrones
Y gente que trabaja, ríe y ora.
Un panorama limpio desde una colina.
Un país construido por la briza.
Una campiña salpicada de arroyos y sembrados
Y al fondo, al empezar la cuesta,
Una aldea con plaza, campanario y un mercado.
Tiene rincones inquietantes,
Montes con sombras tentadoras,
Cascadas que parece: Cantan,
Y lagunas donde navegan los peces con las aves.
Tiene ese lugar un ensanchamiento,
Donde corretea un potrillo, un perro y un becerro.
Y viven allí, saltando entre unas rocas
Los ecos de la risa de los niños,
Mi canción favorita y tus llamados.


León M.N. septiembre 26 de 2014.

martes, 23 de septiembre de 2014

VIBRACIONES
Cuando amanezca saldré de entre las cobijas y también  de la ignorancia o de mi incertidumbre.
No precisamente cuando amanezca; debe ser antes de que esto ocurra, porque sólo así estaré seguro de que es verdad lo que ahora estoy pensando:
He llegado a la conclusión, a la certeza de que las montañas no son de tierra, ni los árboles de madera, ni las piedras son de piedra. Y que el agua no es un líquido que fluye, se congela y se evapora. Y los colores no son algo que está adherido a las cosas coloradas.
Nada de eso es verdad. Todo lo que vemos y sentimos es una gran mentira. Bueno, no digamos que mentira, es una ilusión. El producto del espectáculo de un gran mago ilusionista, y nosotros, todos nosotros y lo que nos rodea, somos producto de sus trucos, somos fantasía.
Cuando me levante mañana podré comprobar que sólo existe el vibrar, las vibraciones.
Me daré perfecta cuenta de que cuando ellas salen, nos hacen aparecer: cosas, personas, eventos y los animales y hasta los sentimientos, los propósitos, las intenciones, son apariencias dibujadas por las vibraciones.
Antes de que salga el sol, que es la punta de la varita mágica del gran mago que les he revelado; se sentirá un estremecimiento ondulante que recorrerá toda la oscuridad. Y rápidamente una incitación electrizada con apremio irá disponiendo el escenario.
De las tinieblas que aun habrá a aquellas horas tan tempranas, se irá borrando lo tenebroso de la noche. Solamente quedará lo que llamamos sombras, que son muy útiles, pues con ellas apreciamos: la profundidad, el peso, la textura y las formas. Aquellas que va tomando la ilusión por causa de la vibración, y que crea el lugar en donde estamos,  el entorno reluciente que habitamos.
Se verán primero unos como rabitos de luciérnagas que alumbran. Primero uno muy pequeño y luego otro y otros. Se verán como volar, o navegar o serpentear por el espacio. Y digo espacio, por decir algo, pues aun no hay nada que se vea. Solo estará la vibración de que ya he hablado y serpenteando titilosos; esos que yo llamo rabitos de luciérnaga.
Se encenderán unas alucinaciones extendiéndose en distintas direcciones como ramas de árboles. Refulgirán deslumbramientos como flores. Y titilantes vibraciones les darán colores embrujantes.
La fascinación, que es una vibración más menudita, se regará como vaho de neblina en un estanque. Allí veré reflejos de la aurora formada por el vibrar de chispitas  de colores, que andarán construyendo los jardines, los parques y  los bosques.
De ellos se colgarán columpiándose: el celaje, la neblina, el vapor y la briza matutina, que aunque vibra, no se le puede ver pues no se le pega la luz que es la vibración más fina.
Y cuando logre mirar al horizonte, que es donde la vibración se vuelve una rayita que va como dibujando todo lo que en los extremos del espacio ha hecho, podré ver: espejismo, ensueño, fantasía y provocaciones.
Sin duda tendrán forma de: montañas, de nueves, riscos, precipicios, volcanes y en ocasiones tomarán apariencia de cascadas, de ríos, de caminos y hasta de caravanas que van en procesiones y migran sin respetar fronteras. Pero no, no hay que caer en esa trampa, esas son otra clase particular de vibraciones.
Más o menos de esa forma es que el mago de la varita destellante, construye lo que los poetas llaman  alborada. Le fabrica un  aura que rutila y espejea en lentejuelas. Ah, se me olvidaba que también le agrega vibraciones que producen música, diga usted: trinos de pajaritos escondidos, bramar de becerros, validos de cabritos, relinchos, maullidos, ladridos y algunos kikirikies. Todo eso envuelto en el susurro de la briza, rumor de quebraditas y zumbidos de abejas colmeneras.
Las vibraciones de tripas de gato y los metales, para poder existir se inventarán: los violines, los chelos y los contrabajos. Las guitarras, los tiples, las bandolas, el arpa y hasta los pianos. Y cuando todos estos juntos, lanzan la vibración de sus acordes, querrá decir que habrá concluido la obertura.
Esa es la señal que dará el mago para anunciar que ha terminado de darle forma a la mañana y de que va a empezar a fabricar el medio día.
Serán el momento en que alumbren relumbros que deslumbran. Con precaución habré de cerrarlos muy bien los ojos. Pero aun, con los ojos cerrados podré sentir el cosquilleo que hará que se me ericen todos los pelitos sembrados en mi cuerpo, cuando la punta de la varita mágica del mago, se eleve alumbrando, que es lo mismo que decir: vibrando.
Ya no sólo se tratará de rabitos de luciérnagas. A esa hora, todas las  vibraciones alumbrarán con mil destellos. El destello es una vibración tan fuerte que si nos descuidamos nos deja como ciegos. Y por eso a los niñitos que juegan en las canchas, a esa hora, les meten muchos goles, pues están encandilados.
Cuando se vaya haciendo tardecito, el vibrar se tornará en seducción, ensueño y en delirio y los enamorados correrán a buscar la lobreguez del monte. Mejor dicho se irán a buscar la vibración de una sombrita.
Yo sé que allí van a encontrarse con otras formas de vibrar: El frescor, el arrobo, el embeleso. El encanto, la enajenación, el hechizo, el embrujo. Ojo pues jovencitos les advierto, que esas vibraciones además de dulces, empalagan. No vaya a ser que por andar  tan extasiados se les haga tarde para regresar a casa.
Si no se apuran los agarra el desvarío, que es una vibración muy peligrosa. Sobre todo si los ataca en el atardecer, poquito antes del crepúsculo. Esa vibración llega de la mano del ocaso. Ambas tienen efectos vespertinos escondidos tras de dorados arreboles, y enseguida que se apoderan de uno, se va la vibración, se atardece, se anochece y se oscurece.
León M. N. Septiembre 19 de 2014.



TURISTAS PESADILLA
Como a veinte metros de donde rompen las olas como queriendo tirar sobre la playa un montón de rocas que allí había. Y muy cerca de otras olas más pequeñas y amistosas que se acercaban a lamer mis pies, estaba yo simulando dormir.
Entre la espuma blanca que hace el mar para matizar los diferentes azules de sus aguas, vi que se acercaba y luego rodando se alejaba, un tronco de madera muy rugoso que brillaba por el sol en tonos ocres y marrones.
Yendo y viniendo sobre las olas estuvo un buen rato, al cabo del cual se quedó dormido, no como yo, que entre dormido lo observaba. Él, dormido de verdad, inmóvil, Poco a poco, el sol le retiró su brillo.
Volví la vista al mar y pude ver las olas alejarse sobre el agua que ahora era del color del oro, pues el sol, que también se alejaba, dejó sobre el mar, sus ropas amarillas, doradas, naranjadas, para que las recogieran las sirenas. Las grandes olas empujaban las pequeñas. Y las que con las rocas forcejeaban, se fueron a descansar, estaban fatigadas, igual que el sol, que ya se había puesto la piyama.
Acomodé mi cabeza soñolienta sobre un montículo de arena y pude ver una bandada de delfines de colores que perseguían un cardumen de meros y corvinas. Después de saltar sobre las olas que aún seguían con sus diademas de espuma blanca, se sumergían dando giros como de tirabuzón o torbellino. Y desde un arrecife sembrado de estrellas de mar, de algas, corales y de erizos, juguetonas las focas aplaudían.
Las langostas, con sus vestidos rubicundos, y los calamares, las ostras, los cangrejos y los camarones, salieron también a ver el espectáculo. Pero se hizo un silencio marino y tenebroso, cuando comenzaron a merodear los tiburones. Sólo una enorme barracuda seguida de unos pargos rojos, se atrevió a pasar la calle y también la imitaron, una anguila morena, un pez payaso, unos cuantos pulpos aunque camuflados y dos enormes mantarayas.
El pez martillo lanzó una carcajada a todos, y les dijo: Ajá  ¿ahora si se asustaron? Todos se tranquilizaron y siguieron el recreo.
Pero de pronto, cuando estaba pasando perezosa una ballena, a la que un cardumen de rémoras le estaban   haciendo el peeling; todas se alejaron gritando: foo, Wuácala, que asco: habían caído a la superficie del mar, unas latas de sardinas, otras de atún y muchas de cerveza.
Entonces los peses mamás y los hermanos mayores, cogieron de las aletas a los más chiquitos, diciéndoles: corramos a escondernos que llegaron los cochinos turista, corran… Mejor naden más rápido que esos brutos va y nos envenenan.
Al oír esto yo me desperté y me fui para que con esa gente, no me confundieran. Cogí el tronco de madera que dormía cerca y me lo llevé para hacer con él un bello adorno para la sala. Al fin y al cabo era un regalo que me habían dejado las olas debajo de mi almohada.
León M.N. septiembre 13 de 2013.

EL ACUA GARDEN
Calladito, de puntillas paseo yo por el jardín vecino.
Me gusta hacerlo cuando apenitas empieza a clarear.
Los verdes de las hojas son todos como nuevos.
Las flores también parecen estrenar vestidos.
Y los pájaros revolotean y beben la miel en la copa de las flores.
Las mariposas despacito se van desperezando.
Uno se puede quedar mirándolas sin que se asusten,
Apreciando todos sus colores y los dibujitos estampados en sus alas.
Su lengua larga que es como un pitillo que se enrosca.
Los pelitos de sus patas y sus ojos saltones y brillantes.
Cuando el sol las calienta, baten sus alas y entonses juguetean.
En una hoja grande como una sombrilla en forma de corazón, vi una reunión  de goteritas de agua.
Unas eran pequeñitas, de las que se llaman el rocío.
Otras más grandes. Esas eran las goteras y otras juntas en medio de la hoja formaban un charquito,
Tan limpio que el sol se reflejaba y brillaba como si fuera un espejito.
A poco mira me di cuenta que era una escuelita de agua.
Allí en medio del jardín y sobre esa hoja, su maestra les estaba enseñando a las goticas a ser agua.
Y les insistía en que fueran buenas estudiantes, aplicadas, pues cuando crecieran tenían que ser:
Arroyitos, quebradas, ríos, llovizna o aguaceros.             
Tendrán que aprender a lloviznar y acariciar las mejillas de los niños escueleros, la frente de viejitos y la testa de todos los terneros.
Habrán de rociar y refrescar la piel de las manzanas, los duraznos, las guayabas, las moras y las fresas, les decía.
Sobar los golpes que se dan  los niños  al  caer, cuando van corriendo a hacer mandados, cuando corren detrás de las pelotas o en los parques elevando las cometas.
Bañarlos cuando regresen a casa empantanados y lavarles las manos antes de que se sienta a la mesa a merendar.
Deben aprender a salpicar y chapotear bonito y gracioso, como haciendo cosquillitas; cuando sean fuentes, o quebradas, sobre los potros, los terneros  y sobre los muchachos que pasan corriendo con los perros.
Rociar y salpicar haciendo un remolino, como cuando los perros se sacuden de la cabeza a la cola luego de haber sacado del lago el palo que les tiró su dueño.
Pero lo más importante jovencitas, les dijo la maestra, serán sus obligaciones en la huerta: Cuando los campesinos hayan terminado de preparar la tierra. Después de que hayan  rozado los rastrojos, abierto los surcos y plantado con la coa las semillas; ustedes deben llegar a humedecer la tierra y las semillas. Deben caer regando como lluvia fina, que irrigue, empape y cale muy adentro, pues sólo así despertarán los brotes de flores y frutos que duermen allá dentro.
Pero pónganme atención y no estén tamborileando, ni salpicando tanto. Todo eso lo deben hacer con tino, y con cuidado. No se les vaya a ocurrir llover por  mucho rato, ni caer como grandes goterones, ni mucho menos como troncos de granizo. Pues en vez de ayudar, arruinarán al pobre campesino.
No inunden, no aneguen, no empantanen, no ahoguen los cultivos. Todo en la justa medida. Ni todo el día, ni mucho menos todos los días. Las huertas necesitan el agua y el sol bien turnaditos. Unos días de lluvias rociaditas y otros días de sol y nubecitas.
Encharquen solamente al arroz y los juncales. Llenes los bebederos del ganado, las lagunas, las ciénagas y los estanques de cultivo de pescados.
Mojen y enloden la tierra para hacer ladillos, y a las calles polvorientas denle cada día una rociada.
Al final de la tarde cuando lleguen los vaqueros y las recuas de mulas con arrieros, dúchelos a todos por parejo. Eso los alegrará y se refrescarán. Unos seguirán para el potrero a pastar y al bebedero. Los otros a buscar a sus novias o a sus hijos y a esperar que les sirvan sus refrescos que les mitigue la sed que da el cansancio.
Cuando las llamen a ustedes para hacer refrescos: deslían, diluyan, disuelvan la panela y el azúcar. Mézclenlo bien con el jugo de naranjas, de moras o el de los limones. O si es guarapo lo que quieren ellos que fabriquen, métanse entre los canutos de la caña y broten de ellos refrescantes, alegres y dulzonas.
Hay obligaciones que agua no puede olvidar por ningún motivo:
Debe manar, brotar de rocas limpias del camino.
Rodar por las quebradas y por las acequias y pasar por los poblados.
Surgir entre los juncos y los lotos y formar lagos donde, naden los niños y los patos, vivan los peses y pesquen los ancianos.
Saltar en las cascadas con gracia y estruendosas carcajadas que se vuelvan neblina refrescante.
Correar humedeciendo las rocas, los helechos y las lianas.
Gotear en medio de los quiches, las bromelias y catleyas, allí es donde comen los osos y saltan ranitas de colores.
Fluir por las tuberías, así sean de guadua campesina. Escurrir como jugo de pastos y bejucos. Destilar como néctar en las frutas. Esparcir en los bosques la frescura. Apagar los incendios, hidratar a los enfermos, enjuagar las ropas, en especial la de los niños. Y humectar los ojos de las gentes, sobre todo cuando lloran de alegría. En una escuelita como la que vi aquel día, yo me quedaría estudiando todo el día.

León M.N. Septiembre 16 de 2014.
DE OÍDAS.
¡Qué maravilla los inventos y la tecnología!
El computador o la computadora, El PC u ordenador como es ahora común que se le diga. Ese artilugio que no sabemos si es masculino o femenino, pero si estamos seguros que no es neutro, ni inocuo, ni inverosímil, ni ambidiestro, pero si multidiestro, por todas las cosas que sabe hacer y que nos facilita.
Y el ipod, iphone, el ipad, blakberry,  joystick, el itunes, el wassap, el chat y las tablet o tabletas y sus mil y una aplicaciones. El skype, facebook, instagram y google más, los emails, youtube, kindel, apple tv, Netflix, y las consolas PlayStation, que nunca duermen solas. Los audio libros, los e-books, wikipedia y Wikileaks, que nunca están callados.
Que viva y reviva la robótica insipiente y la tecnología.
Nos conecta, nos une y nos desnuda.
Es como nuestro gran hermano.
Sabe por dónde vamos,
Dónde estamos
Lo que nos gusta
Y hasta en qué pensamos.

Pero por favor dueños del espacio virtual en que vivimos. Señores amos de los Bits, los kilobits, los megabits, los gigabites y ahora me abruman ustedes con los terabites.

Por favor denme vacaciones,
Desconéctenme un ratico,
Cierren mis cuentas en la red.
No me abran más ventanas,
No me ofrezcan más contactos.

Yo quiero quedarme muy callado, ojalá rodeado de nietos en el espacio real, no en el virtual y volver a sentir:

El Viento, la brisa, el huracán,
La tempestad, si es necesario, el tifón,
El torbellino, y el tornado.

Y cuando sople la briza en el solar de mi casa, simular que estamos en un barco, luchando contra  la tormenta.
Pero por favor, que nadie se dé cuenta, que me estoy volviendo un viejo tan tarado.

Quiero con ellos explorar el bosque para ver si encontramos el susurro, que es un ruidito que comúnmente llega cuando estamos solos, cuando en silencia avanzamos por los montes, cuando recorremos a altas horas de la noche las calles empedradas alumbrados por la luna. Es algo así como si a escondidas las hadas conversaran.

Quiero que escuchen el rumor. Que no es un chisme o una noticia que nadie sabe quién la dio o quién fue el malhechor que la inventó.
El rumor es el canto de las fuentes,
De los hilitos de agua que salen de las peñas
Y en ocasiones, si estamos bien atentos,
Podremos oír, que los imita el viento.

Los jóvenes de ahora tienen que conocer qué es el murmullo. Lo emiten las almas en pena, los espantos. Los seres de otra dimensión que con nosotros viven. A veces ellos se ponen a conversar muy quedo. Los escuchamos pero no entendemos. Arrimamos el oído a las paredes, a las puertas de los cuartos cerrados, a los muebles y los escaparates viejos. Y se escucha el murmullo como cantinela, pero vaya usted a ver si entiende, qué es los que dicen en sus charlas esos seres o almas invisibles.

Y el  ruido,
Parece muy común pero no crea.
Es algo que todos escuchamos, pero pocos conocemos.
Ocurre cuando entretenidos conversando,
Y de pronto todos nos callamos y alguien dice:
¿Qué pasó allí, qué es ese ruido?
Y salimos a ver y nada vemos.
El ruido es muy común pero también muy misterioso.

Yo quiero que los niños no crezcan sin saber que es el siseo, Los nuevos diccionarios dicen que sisear es repetidamente hacer el sonido de la S o el de la CH. Como cuando queremos que alguien se calle: un político, un predicador o un buhonero. Pero no, el siseo para mí es otra cosa. Es un ruidito que se escucha en el verano debajo de los árboles cuando a éstos se les han caído muchas hojas secas.

Uno va tranquilo caminando en medio de ellos
Y de pronto el siseo,
Y otro siseo y otro…
Con el ruidito que les digo también se ve que la hojarasca se estremece
Y corren a esconderse las iguanas y las lagartijas.
No hay que descuidase, pues también las culebras producen sus siseos.

Otro de los sonidos que sólo percibimos si estamos de la red desconectados, es el silbo. Este es de los que parecen más triviales, pues silban o chiflan los hinchas en el estadio y los contradictores en los bancos del senado.
Pero el padre de los silbos es el viento.
El verdadero silbo se produce a campo abierto,
Pasea por los pajonales,
Por los bosques y se mete entre los cañaverales
Y escondido allí silba con diversa intensidad,
Con diferentes notas.
De él aprendieron a silbar las aves,
Los pájaros, las torcazas y las loras.

Hay en las sabanas de los Llanos Orientales y en las vegas de los ríos grandes y más en aquellas sembradas de extensos pastizales, un ser mitológico que asusta a los paisanos, a los vaqueros trashumantes.

Les silba como llamándolos para que se acerquen.
Y ellos curiosos o habidos de compañía se le acercan.
Y el Silbón les silba de más lejos
Y así los va llevando hasta hacerlos perder de su camino.
Y ya cuando los ve perdidos…,
Se les ríe burletero
Y cabalgando en la sabana él se marcha.
Y les silba de muy lejos.

Pero se debe descubrir qué es el sonido. Pues los hay de muchas clases: agudos, roncos, altos, tiernos, estridentes, placidos, sensuales, arrullantes, musicales… Y es una tarea que debe hacerse pronto, antes de que nuestros hijos queden sordos de estar escuchando tan fuerte el Rock colgados de los auriculares.
El sonido es la vibración de todo lo que existe
Cuando es rozado, pulsado, pellizcado o se golpeado
Y se transmite en las hondas del aire hasta nuestros oídos.
Suenan las campanas, suenan las guitarras,
Las pisadas, los portazos, los cañones,
Suenan los disparos, suenan las canciones,
Y los besos, aunque no lo creas, también suenan.

Deseo de todo corazón que mis hijos y mis nietos y todos sus amigos, no mueran sin escuchar su voz, sin saber cómo suena: La suya y la de sus compañeros. Ahora sólo conversan en el chat, se mandan sus e-mails, masajes, que tuitean y retuitean. Y aún estando en una misma sala, para lograr que todos los escuchen, se envían sus mensajes ilustrados con sus emoticones.

La voz, la que se forma en la garganta con las cuerdas bucales, cuando con intención sacamos el aire de los pulmones. Ese timbre que nos identifica a nosotros y a todos los demás animales.
Tiene un sonido bien particular,
Es como nuestra firma,
Como nuestras huellas digitales.
Cada que podamos
Hagámosle sentir
Nuestra voz a los que amamos,
Diciéndoles: te quiero.
Y retuitiémosles lo mismo cada día,
Pero en mensajes de voz, con alegría.

Y ablando de sonidos, como estamos, no sé si sabrán qué es la cantinela. La cantinela digamos que es como la abuelita querida de la Señora Cantaleta.

Es un sonido que suena,
Suena, suena y se repite,
Como telón de fondo,
Como algo que es oye sin escucharlo,
O se escucha sin haberlo oírlo.
Pero abuela y nieta se distinguen.
La nieta es una vieja muy cansona
Que hasta hace que nos duela la cabeza.
La cantinela en cambio nos arrulla, nos mece.
Es el canto de la paloma en el alero,
Las flautas que ensayan los conciertos
Es la canción de cuna de las madres.

Si dejas de jugar con ese PlayStation y rápido te asomas a la ventana, podrás saber qué es el tintineo. Te darás cuenta que va a doblar la esquina un caballo que arrastra una carrosa y un cochero. Y ese sonidito que acompaña el pasitrote sobre el pavimento. Que es metálico, claro y limpio, es el tintineo.
 Es un sonido que algunos confunden con el tamborileo,
Otros afirman es como una campanilla.
En las noches cuando me desvelo y pasan los cocheros,
Me arrulla: el viento, el tintineo,
Los murmullos, los ecos
Y el recuerdo de canciones y el gorjeo.

León M.N. Septiembre 16 de 2014.
ESTÁN  LLEGANDO NIÑOS.
Con cariño para los hasta ahora, sobrinos fértiles:
José Andrés.
María Isabel.
Ana Cristina.
Juan José.
Catalina.

Llegan niños, se anuncian bebés, las parejas se embarazan.
Y quiero creer que esa es una gran noticia.
Que es el momento para que ellos lleguen.
Que el paisaje humano cambie,
Es una necesidad a todas vistas importante.
Una nueva generación y nuevos bríos.
Que se renueve el entusiasmo,
Las direcciones, los propósitos, las vocaciones.

Pero que los padres sean optimistas.
Que no aparezca en sus rostros ese rictus
De las gentes solas, dolidas, enfermas y amargadas
Que bajo sus frentes amplias sus miradas brillen.
Que les volvamos a contar cuentos llenos de alegrías,
Canciones de cuna que verdaderamente arrullen.
No será necesario para ellos clases de historia,
Solamente fantasías con hadas y pájaros y mariposas.

Preparemos la tierra para hacer jardines.
Recojamos las semillas de las mejores flores.
Sembrémoslas ordenadamente en surcos de colores.
De la quebrada saquemos una acequia
Para barquitos de papel y donde puedan beber los pajaritos.
Construyamos una fuente para que el agua cante
Y permanezca limpia como el alma de los niños,
Y sus almas cuando se envejezcan permanezcan limpias.

Bienvenidos los  nuevos habitantes del planeta.
Que nos encuentren empeñados en la gran tarea
De hacer de este lugar un hogar cálido y acobijante.
Con una enorme sala integrada a cocina
Dónde sea bienvenido el visitante.
Con ventanas abiertas, sin barrotes
Y puertas, sin trancas, ni dobles cerraduras.

Que nuevamente los paisajes sean amplios
Y los caminos que conducen al pueblo, llenos de colores.
Que resuenen campanas y petardos festivales
Y nuevamente corran por los potreros y las rastrojeras,
Los chiquillos buscando sin temor:
Guayabas, moras, uchuvas, lulos y mortiños.
¡Alerta todo el mundo, en especial la parentela!

Se anuncian embarazos, están llegando niños.                                          
León M. N. Septiembre 8 de 2014.

domingo, 21 de septiembre de 2014

Señor Oscar Collazos.
Como casi siempre lo hago, hoy leí su columna en El Tiempo. Tengo que confesarle que ese tema del SOY CAPAZ, me suena a cantaleta, a slogan publicitario barato, a demagogia ventijuliera, pero aun así como usted escribe bien y (estemos de acuerdo o no) quiere a éste país, lo leí.
Para mí los escritos de los columnistas son como una conversación, si incluyen su correo, yo les respondo o les doy mi opinión.
En su columna, para darle a conocer lo que yo pienso, me tomé la libertad de Sustituir: El soy capaz, con que empieza cada verso y reemplazarlo por: Me comprometo, y sin modificar su texto original, le agregué en letra roja elementos que a mi juicio hacen más creíble y radical su propuesta.
Presentándole mis disculpas si lo que hice le molesta, lo invito a leer la variación que hice sobre su texto que tituló:
POR LA PAZ.
NO SÓLO SOY CAPAZ.  ME COMPROMETO
Me comprometo a declarar renta y patrimonio sin ocultar utilidades y bienes y pagar cumplidamente mis impuestos.
Me comprometo a  repatriar los capitales que he haya guardado en paraísos fiscales.
Me comprometo a poner precios justos a mis productos y de no aliarme con mis competidores para mantener precios altos de mis mercancías.
Me comprometo a denunciar a los acaparadores, los usureros y a no patrocinarlos al comprarles.
Me comprometo a investigar el origen de los dineros de mis clientes antes de abrirles cuentas en mis bancos, Utilizando los medios que el estado disponga para esto.
Me comprometo a no negociar con ladrones, con reducidores, con lavadores de dinero, con chantajistas, ni con nadie que yo sepa que es un delincuente.
Me comprometo a  reducir la alta tasa de interés a préstamos bancarios y de subir el bajo interés a depósitos de los ahorradores. Luego del juicioso análisis que autoridades éticas de la economía que declare la viabilidad de este negocio.
Me comprometo a no depositar mi dinero en las cuevas de alguno de esos cuarenta ladrones.
Me comprometo a no especular con dineros ajenos y de no poner en peligro la plata de los ahorradores.
Me comprometo a evitar que en mis programas de inversiones se introduzcan elementos que produzcan injusticias sociales, y si esto llegare a ocurrir, me comprometo a resarcir el daño que sin querer haya causado.
Como usuario de de bienes y servicios, me comprometo a no dejarme joder y a asociarme con otros que tengan el mismo compromiso, pero siempre por los caminos de la ley.
Me comprometo a invertir sin que mis inversiones produzcan daños colaterales en la gente humilde,y si esto llegare a ocurrir, me comprometo a resarcir el daño que sin querer haya causado
Me comprometo a  preferir al pobre, en detrimento de mis amigos ricos, cuando se trate de entregar ayudas y estímulos del sector público a proyectos productivos. Sin olvidar que es obligación respetar el patrimonio público, que no es para los amigos, que este debe invertirse allí donde produzca mayor beneficio social a corto, mediano y largo plazo y nunca para hacer regalos así sea a los pobres o a los menesterosos. De lo contrario, si fuere negligente, me comprometo a resarcir el detrimento que acuse al patrimonio público.
Me comprometo a construir edificios sólidos y seguros que no pongan en peligro la vida de sus habitantes, y si esto llegare a ocurrir, me comprometo a resarcir el daño que sin querer haya causado
Me comprometo a construir viviendas de interés social que sean dignas de las personas que las habitarán. Entendiendo por dignas: las más bellas, cómodos, ecológicas y sostenibles, que en concurso abierto entre las facultades de arquitectura e ingeniería, hayan ganado.
Me comprometo a rechazar el chantaje de los criminales y de no contribuir con mis vacunas a su fortalecimiento militar, Social o el que sea.
Me comprometo a nunca pagar o a  aceptar (si fue que lo hice) que pagué cuotas regulares (o esporádicas) a organizaciones fuera de la ley para que combatieran a las que me extorsionaban.
Me comprometo a denunciar a funcionarios públicos que me piden comisión para concederme un contrato, o para reconocerme lo que como ciudadano merezco o que solicito.
Me comprometo a decir y sostener que la paz negociada es preferible a la paz que se conquista por las armas. Negociación en la  haya entrega de las armas por parte de grupos fuera de la ley. Pidan perdón todos los culpables de crímenes, haya justicia transicional legalmente aprobada y quienes cometieron crímenes de lesa humanidad, no puedan ejercer cargos públicos ni menos legislar.
Me comprometo a denunciar toda presión extorsiva de particulares u organizaciones (o personas) al margen de la ley, o de organizaciones oficiales o de su personal.
Me comprometo a no financiar campañas de políticos o partidos con el propósito de beneficiarme con la contratación pública, con empleos, regalos, honores o prebendas.
Me comprometo a no usar mi poder económico para cambiar políticas de gobierno que beneficien o perjudiquen mis empresas, a mi familia, mis amigos, o mis ideas y proyectos.
Me comprometo a dar trabajo en mi empresa a aquellos colombianos que, desmovilizados del conflicto, quieran reinsertarse sinceramente a la sociedad. Entendiendo por sinceramente, el producto de una evaluación psicológica, ética y de capacitación, realizada por autoridades en la materia. Y que además aplique al cargo o contrato en igualdad de condiciones con otros que han permanecido insertos en la sociedad.
Me comprometo a que no utilizaré el calificativo de minoría, política, racial, de origen, credo genero, preferencia sexual, status social, o cualquier otro, para elegir, reconocer o aplicar, algún derecho. Que sólo me respalde el hecho de que sean gente. ¡Qué mayor dignidad y  razón de merecimiento!
Me comprometo a perdonar a quienes me hicieron daño, hayan confesado su culpa, entregado sus armas y deshecho sus organizaciones y se hayan acogido a la justicia concertada en un proceso de paz, o fuera de él.
Me comprometo a elegir, entre dos trabajadores capaces, a aquel que, en razón de su clase o etnia, tenga menos oportunidades de conseguir trabajo. Siempre y cuando haya quién determine fehacientemente, quién es el que tiene menos oportunidad.
 Me comprometo a preservar el medioambiente y de ¡trabajar! por remediar los daños que le hayan causado mis empresas. Trabajar no sólo. A remediar. O si se quiere a trabajar hasta que logre remediar el daño.
Soy capaz de reducir el tamaño de mis ambiciones económicas con tal de preservar las bondades de la naturaleza. Propongo cambiar por: Me comprometo a limitar el tamaño de mis ambiciones económicas y científicas al punto demostrado, que no causarán daño a la naturaleza.
Me comprometo a suscribir un pacto social que reduzca los riesgos ambientales de las explotaciones mineras. Propongo cambiar, reduzca por elimine.
Me comprometo a velar por la seguridad alimentaria de mi país y estimular la producción de alimentos. Como no todos los que firmaremos somos empresarios, dirigentes, ni ricos, le propongo cambiar velar, por colaborar activa y decididamente.
Soy capaz de aceptar que producción de alimentos agrícolas versus producción de agrocombustibles es una falsa disyuntiva: el combustible de los seres humanos es su alimentación. No se trata de ser capaz, ni de comprometerme a aceptar, desde de ya declaro que eso es así. Pues la vida es primero antes de lo que pueda parecer primero.
Me comprometo a incluir en los reglamentos de mi empresa y en mi vida familiar y personal la no realización y la prohibición expresa de toda práctica discriminatoria de la condición social, étnica, sexual, religiosa o política de mis trabajadores o prójimos. Y de abiertamente rechazarla de mis familiares, amigos y relacionados.
Me comprometo a intentar esforzada y seriamente ser justo sin que me lo ordenen los tribunales de justicia.
Me comprometo a denunciar al superior que me  ordene (u ordene a otros) actuar fuera de la ley.
Fui capaz de leer este inventario, no pensar que es una utopía y aceptar Que se le pueden hacer mejoras que se ajusta a lo humanamente posible. Y necesarias.
León Montoya Naranjo.