Redoblen los tambores, los clarines
Que suenen marciales bombos
Que pase el bombo entre bombones.
Que se escuchen los himnos
Desfilan en cortejo las cortes.
Los senadores que cenas con los jueces.
Los magistrados de perennes magistraturas.
Los togados de capucha negra.
El coro de brujas que masculla formulas formidables
Y fornican con los que bajo
Los sombreros esconden la tonsura
Que vengan ya mismo a desfilar.
Que salgan las cortes y sus cortesanas.
Que declamen sus jurisprudencias.
Que reciten los jurisconsultos sus insultos.
Salgan primero las eminencias
Y luego las preeminencias.
Los signados, los nombrados
Los votados con votos comprados o robados. No importa,
pero que salgan al desfile.
Los queremos ver y venerar.
Bravo por ellos, hurras y vítores
Que marchen los que presiden los presidios.
Los que cambian la condena
Por una libreta con recetas de cocina.
Que lleven de la mano por las calles
A los violáceos violadores que se les pueden volar.
Si los descuidan volarán al cielo
Vestidos con volantines de monaguillos.
Que los escolten bien armados
Todos los recién reinsertados.
Las Farc marchen de frente.
Primero el batallón de vejetes
Ilustrados por Fidel y Mao.
Siguen los campesinos ex jornaleros
Que buscando lana se les unieron.
Que iban perdiendo el semestre y dimitieron.
Y que rematen su desfile en fila india
Para poder reconocerlos y abrazarlos:
Los niños y las niñas desaparecidos
Los adolecentes robados o engañados
Las niñas que abortaron sus retoños
Por amor a una patria de espejismos
Los jóvenes que probando finura
Fueron obligados a eliminar
Que lleven sus
estandartes
Las fotos y retablos de sus héroes
Que en más de cincuenta años de luchar por nos
Solo lograron hacerse odiar y temer por todos.
Que salgan todos al desfile.
Que salgan de los montes, las covachas,
De las filas del ejército y de la policía.
De las fincas de vecinos.
De las rotativas, de las embajadas
Que salgan de sus puestos de mando
Los que lograron engañar la democracia
Y desengañar sus electores.
y populus a los
balcones.
No se queden atrás los sindicados
Sindicalistas y sus sindicatos de prebendas.
Que los custodien los obreros obedientes
Esperanzados, desesperanzados o desesperados.
Que lleven su mochila con guijarros
Que se aprendan de memoria las consignas
Que el pueblo unido jamás será vencido.
Y fulano y zutano y mengano, ya enterrados:
Presente.
Presente. Presente.
Qué extraño, el primer mandatar no ha asistido.
Mandó en representación al Vice.
El ministro, al viceministro.
El general, al Coronel y siguiendo a éste:
Una sarta de sátrapas segundones
Aduladores, ceroferarios, arribistas,
Incapaces, posadores, modelitos,
Escribientes de discursos
Lisonjeros, rebuscadores,
Intermediarios, contratistas, comisionistas
Aprendices de embajadores, diplomáticos
Secretarias de secretarios y consultores
Futuros candidatos y delfines.
Abogados, segundas y terceras damas
Y otras mucho menos damas.
Choferes, escoltas y detectives.
Y cerrando esta parte del desfile
Envueltos en nefasto fatuo
De capa negra y de birrete:
Los magistrados de la suprema corte de injusticias.
Con las banderas de sus sindicatos
No con las de sus colegios
Desfilan los maestros, las maestras
Los profesores y los variopintos licenciados.
Traen dos y tres pensiones
Por eso vienen tan cansados.
Viene exigiendo reivindicaciones
Protestan por los cursos de actualización
Por el bajo escalafón, por los traslados.
Unos huelen a tinto y otros a cerveza
Los de gafas las tienen empolvadas
Y los de pantalón de paño
Tienen el fondillo abrillantado.
Que viva esta patria, la más educada.
Vienen detrás y rozagantes
Y proletariamente sin corbata:
Los emprendedores empresarios
De la patria: la banca, la industria y el comercio.
Rebosan fragancia sus afeitadas barbas.
Y un tufillo a coñac y a exóticos cocteles los rodea.
Como buenos emprendedores
Ya emprendieron la búsqueda en otros lares
Dónde reemprender su buen negocio.
Charlan y contestan celulares
Y al mismo tiempo saludan al fotógrafo
Ya tocó fondo es necesario emigrar
