CONFESIÓN.
Nunca estuve
enamorado.
De verdad:
lo siento.
Yo nunca en
madrugada
Grité en tu
ventana mis canciones.
Tímidamente
las cantaba a solas.
Las
entregaba al viento.
Iluso yo
pensaba que si
Así lo hacía,
en tu sueño
Las
escucharías.
Yo nunca estuve
enamorado
Con alma,
vida y sobrero, como dicen.
Yo nunca me
corté las venas
Cuando
pasabas y no me sonreías.
Y no me
emborraché por ti.
No me quedé
dormido
Sobre las
mesas de cantina
Llorando mí
despecho.
A todas
estas ni sé qué es el despecho.
Tampoco supe
qué es estar enamorado
Como en las
novelas, en el cine,
Como en las
canciones.
Y nunca te
escribí poemas.
Cuando lo
intenté, no supe qué hacer
Con: La miel de tus labios,
Las perlas de tu boca,
Los risos de tu frente,
Con tus pálidas manos…
Todo eso
cursimente se enredaba
Y yo
enmelocotado sólo atiné
A dibujar
una nube, un cachito de luna
La hoja de
una palmera
Una línea
como horizonte
Y me dormía
cantando muy pasito
¿Adónde irá veloz y fatigada
La golondrina que de aquí se va?
Definitivamente nunca me enamoré.
Nunca me
gasté una fortuna en joyas.
Nunca
encontré mi fortuna.
Si es que
hubo.
Cuando te
compré unos aretes.
Agradecida
me los recibiste
Y los
guardaste muy discreta
Nunca te los
pusiste
Y te cedo
razón
Se parecían
a los de las abuelas.
Y después de
pasar contigo tantos años
Después de
todos los íres y veníres de la vida
De tres
hermosos hijos
De reír y
llorar sobre la misma almohada
Después de
esperar y de desesperar
Que la
fortuna entrara y no saliera.
Tengo que confesarte
francamente
Que he
vivido contigo felizmente
Aunque nunca
entendí
Qué es estar
enamorado.
Será verdad
que jamás me enamoré.
León M.N. Nov.2012.
No hay comentarios:
Publicar un comentario