jueves, 22 de enero de 2015

Paisajes

CAMINOS HUBO.

Subo la empinada cuesta de éste montículo rocoso
y no puedo leer la encriptada grafía que en sus cicatrices hayo.
Caminos hubo que cruzaron igual ruta.
Pies descalzos o cubiertos con pieles de animales.
Cascos de cabalgaduras de viajeros o migrantes
hollaron, esculpieron, limaron la roca hasta labrarla.
Sé que allí dejaron su mensaje: esperanzado, glorioso o moribundo.
No lo puedo leer pero adivino:
Escucho griterío de hordas donde hoy se refugia este silencio.
Brazos se alzan saludando un velero que cruza el horizonte
Y un poeta loco vaga, canta, recita su poema.
Impávidos en bandada se dibujan sobre el mar los alcatraces.
Impertérritas las fieras se acurrucan al pié de los fantasmas.
Estruendosa la tempestad cuenta la historia.
No entiendo yo el lenguaje de la tromba
ni interpreto el silbo del viento que a su paso deja.
Caminos hubo y caminantes que se fueron.
No lo sé pero adivino:
A este montículo también subieron
Y desde aquí, como yo
tendieron su mirada hacia lo lejos.

León M.N. Enero 22 de 2015.






LUGARES
Hay lugares que vi o en los que he vivido
o por los que pasé una tarde calurosa
poblada de modorra y zumbido de abejorros.

Hay calles solitarias por las que el viento arrastra el polvo.
Recorridas a ratos por gritos de llamados
que no se sabe a quién van dirigidos,
ni quién es el que convoca.

Hay puertos, atracaderos,
pequeños muelles de fuertes maderos carcomidos
clavados en el limo junto al rio.

Hay ríos perezosos que parecen no fluir,
ni huir, son ríos detenidos
sin canoas, ni remeros, sin rumores.

Hay perros que se echan a la orilla de caminos
no ladran, no se inmutan,
ni baten la cola a los viajeros.

Hay viajeros que parecen no tener destino.
Simplemente pasan y al pasar se tocan el sombrero.

Hay montes y tupidas selvas
en la tarde heridas por las escopeta
y venados que mueren en silencio
los ojos muy abiertos, detenidos.

Hay casas de maderas grises y mohosas,
Con ventanas cerradas y las puertas rotas.

Hay tapias de tierra rojiza derruidas
Y ágiles lagartijas que pueblan sus hendijas. 

Hay días calurosos, secos, largos
repletos de silencios y de hastío.


León M.N. Enero 22 de 2015.

domingo, 4 de enero de 2015

“COSTUMBRES, VIEJAS COSTUMBRES…”
Manuel Alejandro

La gente me pone a mí a pensar
Aunque pensar no quiera.
Miro a la gente, la escucho.
Y aun, cuando la huelo, me rose
o la presienta.
Sin que la toque.
Sin que me hablen,
me ponen a pensar.

Reciento yo por eso mi falta de carácter,
mi sumisión, mi poca valentía.
Cómo es posible que lo permita yo,
Que estando en el café y con la mente en blanco,
Pase el más vulgar, el truhan, el importante o el villano
Y todos al compás me inciten a pensar
Como si fuera yo su esclavo.

Admiro yo la gente que no se porta así,
Como yo, con esa falta total de autonomía.
Son gentes que no se deja gobernar,
Que imponen voluntad, demuestran gallardía.
Y para demostrarlo tengo el reciente caso de un amigo.
En la pasada navidad, muy cursi y de lugar común,
por la internet le puse yo un mensaje:
Feliz Navidad y Prospero Año Nuevo, le decía.

Y al instante, como si estuviéramos chateando:
Él me respondió:
No soy yo de las personas que se alegran,
cuando algo o alguien se lo ordena.
¡Qué garbo, qué esbeltez y qué postura!
Qué inteligencia, qué adustez, y gran ardor.
Cuan conveniente es esa postura reaccionaria.
Viva la libertad y mueran los autoritarios.

Para tratar de sofocar el incendio que se me avecinaba,
Quise explicarle que no era para tanto,
Que no pretendía ordenarle ser feliz
Que sí no lo quería, estaba en todo su derecho
y no pasaba nada.
Pero como yo no soy valiente, preferí quedarme calladito.
No fuera yo con mis deseos o con mis sugerencias
A desatar un nuevo conflicto internacional,
Pues he de declarar que ese, mi amigo,
vive en un país del extranjero.   

                                                                            León M.N. Navidad y Año Nuevo  2014/ 2015.
ME MIRÉ EN UN ESPEJO
Propósitos para el Año Nuevo
que espero cumplir.

Quiero trastornar, cambiarlo todo, trastocarlo.
Caminar no con los pies, con la conciencia.
Con un paso sutil y respetuoso.

No ir dejando heridas con mis huellas.
Que no estruje mi paso brotes frescos
ni que mi peso rompa pétalos de flores.

No quiero mirar más con estos ojos.
Quiero ver a través de la compasiva tolerancia.

Que hasta hoy escuchen mis oídos.
De hoy en adelante y para siempre
quiero que los sonidos, los ecos, las palabras,
entren en mí sobre una alfombra de respeto que les tienda.

No acaricien más mis manos, ni mi piel, pues son impuras.
Desplazaré el tacto a mi mirada.
Serán mis ojos los encargados de abrazar, palmotear…de despedirse.

Y el gusto, los sabores, el alimento, deberá llegar a mí
conducidos por el agradecimiento, mi frente baja, e inclinadas mis rodillas.
No saborearé más con mi arrogancia, ni con mi arrume de preconcepciones.

Y al hablar, al emitir mis juicios, al expresarme, lo haré,
lo quiero hacer muy quedo.
Apenas insinuando, logrando que la pausa que yo marque
dé cabida agradecida a la canción y a la opinión ajena.

A los hogares, los salones, a las oficinas,
entraré precedido del permiso que me otorguen.
Caminaré de la mano de una invitación hasta la puerta.
No entrará conmigo mi ego.
No delante, ni detrás.
Mi ego se quedará esperándome en el bosque,
Allí lo buscaré cuando a meditar u orar yo pase.

Los olores, los aromas y todos los hedores,
Los percibiré con la conciencia y la memoria.
No me dejarán olvidar que los perfumes
me los regala mi madre, el jardín y el bosque,
Y que lo repelente que la brisa taiga
lo produzco yo igual que la demás gente.

Me vi en un espejo reflejado.
Y vi allí la forma equivocada con que yo he captado
y la forma equivocada en que yo me expreso.

León M.N. Enero 2 de 2015.

EL FIN
Que parta ya el desfile.
Guarden debida distancia.
No en orden de estatus.
En orden de estatura.
Que salga el pregonero detrás de los tambores.
Resuenen ronco y fuerte cornos… caracoles.
Convocadlos a todos
por calles, veredas y caminos.
Que empiece el bando ya.
La cite es hoy, al medio de la noche
alrededor de piras en plaza principal.
Se exige ropa oscura.
de negro riguroso con luto sepulcral.
Presidiré la ceremonia como único oficiante.
No sumo sacerdote, no reconozco más.
He concluido el juicio.
He escrito la sentencia
y al cabo de las horas la voy a ejecutar.
Tan pronto las campanas de todas las iglesias
reciban de los doce
el último badajazos
retornará el silencio.
Prohíbo que paredes le den cabida  al eco.
Se apagará la hoguera,
y para todos:
Presentes o reacios,
de entre la negra cueva
pariré como nueva
la fría eternidad.
Un poco antes que el cataclismo acurra,
cantaré a voz en cuello
con tono muy profundo,
el himno hasta éste día arcano:
El fin de las calendas.
En tono de responso,
monótono estribillo,
marcado por el lento compás de los lamentos
que en marcha funeraria se arrastrarán detrás.
Veremos desplomarse desde el cenit lejano
el firmamento entero
detrás de horizonte
que engullirá con gula a toda claridad.
He ordenado al viento
huracanarse en trombas,
barrer de éste planeta
Y de constelaciones
en torbellino estéril
La vida o el erial.
Si me pedís razones
Por mis determinaciones
tan sólo podré daros
la que debéis conocer:
Este frustrado intento
de voluntad o azares,
por crear jardines
donde la alegría pudiese florecer,
es hora que termine,
que dé paso a la noche,
que dure una centuria de lúgubres milenios
antes de despertarnos
en nuevo amanecer.
Ocupad esta noche
que a todos os prodigo
en repasar uno a uno
todos vuestros errores.
Contritos proponeos
no volver a fallar.
Y si el acaso quiere
que de entre las tinieblas
surja de nuevo vida
a los alegres broten
como renuevos verdes
les dejo como premio
que este episodio trunco
no podrán recordar.

León M.N. Dic. 31 de 2014.


RESISTIRÉ
Sin que esa voz logre perturbarme.
Que en este griterío no encuentre razones de temor
ni distracción para mi vocación perenne de alegría.
De entre las zarzas escogeré las flores perfumadas
para el diario ramo que a la vida ofrezca.
Danzaré entre la multitud que vocifera.
Sordo seré a los tambores de la guerra.
Lucharé sólo en contra de mis eternas perseguidoras:
Las pasiones.
Las que me incitan a odiar,
no en contra de las que en el amor me regodean,
con oleadas de voluptuosidad y de deleitación urgentes.
Qué importa que me transforme yo en alienado
Y que me llamen loco, perturbado…
Seré un peligro para la sociedad consciente.
Un peligro porque me puedan imitar
Más no por que pueda o les quiera yo atacar.
Danzaré en medio de la multitud que corea y palmotea:
Baila loco, baila, baila…
Y bailando construiré mi cielo.

León M.N. Dic. 30 de 2014

DELANTE DE LA VENTANA:
Discurre la corriente
de gente corriente.
¿…A dónde corre la gente…?
¿…De quién corre la gente…?
Es gente escorrentía
que ocasiona erosión por la corriente.
Corre, corre la gente.
La gente corriente y no corriente.
No se detiene:
La corriente.
Ni la no corriente.
Delante de la ventana:
Hoy la calle como ayer,
está que escurre gente.

León M.N. Dic. 30 de 2014.
COMO UNIDAD
¿Se podrá estar sin implicarse
y al implicarse no comprometerse,
empeñarse y no comulgar
con objetivos, sueños, utopías…?
Quien lo hace no crea vecindades.
Sólo linderos, cercos y fronteras.
Muros que separan,
pero no tapias que respiran.
Quien se implica, se compromete
Y quien comulga sufre lo suyo y también lo del vecino.
Y al implicarse pierde el sosiego pero encuentra compañía.
Hay gente que en silencio invisibiliza las fronteras.
Y aunque no estén siempre a tu lado
percibes su abrigante compañía.
Hay congéneres, vecinos o no.
Implicados y comprometidos con la humanidad
y con la vida.
No precisan comulgar,
ni que comulgues con sus sueños y utopías.
Cuando te alegras tú,
se congratulan ellos.
Y cuando lloras,
harán lo que puedan
para alegrar tu día.
Hay gentes de esas por ahí,
las reconocerás si mirándoles los ojos les saludas.


León M.N. Dic. 29 de 2014.
FUI
Estuve por ahí.
Y la luz que en mí se reflejó
de alguna forma perturbó por un instante ese paisaje.
…También me gusta así:
Sin mí.
Sin huellas de mí.
Sin noción de prehistoria.
…Sin inquietud de averiguar.
De hurgar.
De reconstruir lo ya deconstruido.
Nadie que por mí vaya indagando,
o buscando armar este rompecabezas.
O que en las olas dibuje mi silueta,
o mi danza que acompañaba el viento,
o mi canción dormida entre las guaduas rotas.
…Es como darles libertad
sin que les ate sogas de ráfagas de viento
o parpadeos de recuerdos.
Que el viento corra sin que mi voz cabalgue en él
Y sin que el paisaje por eso sea su desierto.
Que verdaderamente yo esté ausente
…sin que lo delate el vacío de un lugar,
algún perfume fugaz,
un estribillo de canción,
o un reflejo cuando se baten las cortinas.
Que sólo mi memoria ausente
recuerde que anduve por ahí.

León M.N. Dic. 20 de 2014.