martes, 21 de junio de 2016

RÓSAME
Desalojados de El Bronx
Bogotá, 2016

No tengas asco de mí, no me tengas repugnancia.
Mi cuerpo no es tan bello, ni limpio como el tuyo
pero coincidimos en efluvios, esputos y sudores
exudamos iguales lixiviados
y expelemos similares hediondeces.

Por todos los poros expulsamos agua salitrosa.
Orines, moco y excrementos.
Caspa, cerumen y lágrimas junto con legañas.
Tenemos labios salivosos
Y aliento matutino para apestar las flores.

No huyas de mí, no te retires.
Compartimos sin que nos lo propongamos
el aires que respiras y que exhalo.
La lluvia que nos moja y nos enjuga.
La luz del  sol que adhiere a mi pecho tu silueta.
Y la brisa que comparte conmigo tu perfume.

León M.N. junio de 2016



CAMPAÑA ELECTORAL.

Se fue llenando cada espacio, al que pudiera ir, de una asquerosa congregación de ruidos.
Tantos eran que me costaba gran esfuerzo dar un paso sin tropezar con uno nuevo aún más estridente.
En su locura, esa creciente algarabía me ofusca el pensamiento y pugnan mis ideas alteradas por llegar a una sabia determinación de retirada.
Halan de mí, voces chillonas simulando  seducciones baratas y groseras.
Y me queda, en un espacio hueco y resonante del cerebro, un bullicio ininteligible como tambores golpeados por borrachos, obedeciendo a una vara que cimbreara  desacompasadamente.
Por el piso se escabullen y regresan chirridos de metal, y chispean al rozar contra las rocas.
Y un estremecimiento electico rasgó debajo mi piel y huyó después de agredir furiosamente mis oídos.
En derredor las gesticulaciones, brazos en alto y puños cerrados golpeando el firmamento.
Gritos de arengas chocaban furiosos en el aire cayendo como lava encendida sobre frentes calenturientas y rostros sudorosos.
A cada minuto el ritmo iba en aumento y una novísima furia estertórea envolvía a todos los presentes. Agarraba a los que desesperadamente se querían alejar y atraía con discordancias roncas a quienes desde lejos curioseaban el aquelarre infernal que no menguaba.
Sonidos como voces de caballos furiosos relinchando.
Algarabía de primitivos canticos en coro disonante, iban y venían sobre oleadas de arengas y berridos de frases de cajón coloreadas de rojo, azul, verde y amarillo, amarradas con promesas a papalotes anclados en los postes, pegados en los muros de las avenidas y de los callejones donde niños desnudos mean sobre la arena recalentada de la tarde, mientras sus madres taciturnas miran desdeñosas un nuevo atardecer pintado en fucsias, naranjas y dorados.

León M.N. junio 20 de 2016.