sábado, 6 de septiembre de 2014

Visita al Geriatico
Debo agradecer la oportunidad que me brindan mis visitas a Ligia, pues allí encuentro temas de meditación que me ayudan a ser mejor. (Creo yo, ojalá no me equivoque.)
Un concejo que mis padres me dieron cuando niño fue éste: Debes ser comprensivo. Y comprensivo tiene que ver con comprender la situación de otros, y entender lo que les ocurre y por qué reaccionan conmigo de algún modo inquietante.
Cuando entro a la casa de Ligia y saludo, casi todos me escuchan, me miran, me responden.
Algunos me tienden amistosos y alegres su mano, y buscan involucrarme en sus conversaciones soliloquias.
Me abrazan como se abraza a un amigo que acaba de llegar y hasta me besan.
Y si les propongo: vamos a sentarnos, lo hacen y si los invito a caminar, conmigo se van por el sendero.
Una viejecita muy alegre a la que le gusta bailar cuando oye música, sacó de su bolcillo una galleta, me la ofreció y me dijo: coma. Y luego bailamos y volvimos a bailar. Estaba muy alegre. Al dejarla nuevamente descansar en su sillita, le dije: gracias, y ella me respondió: gracias a usted, muchas gracias.
Otra sonriendo me preguntó: ¿Y cómo te pereció todo? Le respondí que muy bien, que muy bonito, y ella sonrió de alegría y casi llora. Yo creo que ella andaba ese día en una fiesta.
A quién verán detrás de mis arrugas, de mi voz, y de mis gestos. Tal vez a los que ya los olvidaron, o aquellos seres queridos para ellos, que viven tan atareados, con sus agendas llenas de importantes compromisos.
Quién vendrá a sus mentes al ver mis ademanes, al percibir mi loción y el rose de mis manos. Tal vez a alguien que amaron, cuyo nombre se les escapa entre neblinas.
Será que cielo algo tiene que ver con una vida sin recuerdos. Un permanente presente del que se van yendo paulatinamente las ansiedades, los planes y el postergar de tareas junto con los remordimientos.
Yo quiero pensar que sea así. Sobre todo cuando me mortifico  queriendo saber qué pasa por su mente y veo que ella me mira, me sonríe y parece no inquietarle lo más mínimo que pase por la mente mía.
La veo en paz y espero que así sea.

León M.N. Septiembre de 2014

No hay comentarios:

Publicar un comentario