TANGO PAISA
Tengo el ojo aguado y juntas las cejas convergen con
todas mis arrugas en el centro de la frente, arriba de la nariz.
En la boca se me forma el gesto tonto, de puchero de quien quiere llorar, pero enmarcado en mi bigote, ridículo se ve.
Qué tendrá esta puta música que cuando brota de un
quinteto, hace que mi mano derecha tiemble. Y ese temblor se extiende por el
brazo, y mis dedos forman un semi- arco, como el que debe hacerse para agarrar
una copa de licor.
Luego se empuña apoyada encima de la mesa y mi cabeza
cae como golpeada, y mi piel recorrida por una suerte de caricia de fantasma, se
eriza…
Y siento que me rasgan la piel, cuerdas de violines. Y
como colas de gatos se restriegan a mi
cuerpo los maullidos de ese bandoneón.
¿Qué mamé cuando niño? ¿Qué me dieron en el tetero de
agua de panela, o sería en el agua del bautismo o en la arepa de maíz? ¿Porqué
esta música lejana, nacida en un puerto sureño, me hace estremecer?
Tango, tango… tengo el alma adolorida, en un coctel de
tristeza y de melancolía. Como en una dolencia que no es solo la mía.
Sé que viene de muy lejos: en violines gitanos de
migrantes perdidos por las calles y los muelles quizás desde Estambul. Se
embarcó con el Fado y el flamenco en una goleta junto a un polizón.
Se abre extendido mi brazo izquierdo y la palma de mi
mano me busca el centro del tórax, como si abrazara un vibrante cuerpo de
mujer. O mis dedos autónomos aprietan los simulados trastes y recorren el
femenino cuerpo de imaginaria guitarra pegada a mi pecho en éxtasis de amor.
Llevado por los golpes que el arco propina al
contrabajo, camino y giro marcando un 4x4. Acompaso mi ritmo con el del
contrabajo y el palpitar del corazón.
Ágiles dedos bailan en el piano que suena como
lágrimas que caen en el agua, junto al muelle grabado en el recuerdo de quien le
vio partir.
Aquí entre mis montañas donde el mar no llega, donde
suenan campanas franciscanas. Por caminos fangosos bordeados de maizales: ¿por
qué suena tan hondo, tan profundo en el alma éste bandoneón?
León M.N. junio 2013.
No hay comentarios:
Publicar un comentario