lunes, 17 de junio de 2013

OLORES DEL RECUERDO

UNA TARDE EN ARMENIA MANTEQUILLA

Cuatro y treinta de la tarde
Un sol cegante campea sobre un azul barrido de  nubes por la briza.
Las hojas de los mangos y aguacates se achicharran
Y sus frutos maduran con apuro.
Altas palmeras como péndulos invertidos
Cabecean perezosas como sin afán de suspender la siesta.
Las palomas duermen en la sombra prodigada por aleros
Un perro flaco sobre el polvo que cobija la tarima
Finge dormir y espanta moscardones con la cola.
Mariela, con un pañuelo salpicado de flores estampadas,
Descuelga de los alambres templados sobre el jardín
De dalias, rosas y gladiolos
Crujientes sábanas que en la mañana lavó
Sobre las piedras abajo en la quebrada.
Las abraza con amor
Y las sacude al viento
Las dobla primorosamente como acariciándolas
Y las lleva al armario como quien carga un niño.
Se escucha resoplar y patadas de bestias
Sobre el empedrado de la pesebrera.
Van siendo ya las cinco
Y  en el aire bien cabalgando un olor
A fritura de cebolla y tomate
Es el hogao para los frisoles.

León M.N. junio de 2013.



No hay comentarios:

Publicar un comentario