lunes, 3 de junio de 2013

ODA A MIS OJOS

ODA A MIS OJOS.

Mis ojos que buscan la belleza
Y afortunados la encuentran colgando de paredes
De casas, palacios y museos.
Como piedras lustrosas de las que surgen
Los fornidos héroes desnudos sobre pedestales.
Y en las fuentes, las ninfas de túrgidos senos
Y caderas de peras que maduran al sol de las mañanas.

La encuentran en corceles de bronce que parecen bufar
Llevando en lomos conquistadores y guerreros libertarios.
Dibujada en increíbles trazos sobre papel o porcelana.
Denotan vida, fuerza, laxitud, placer erótico y la muerte.

Y en lienzos antiguos y contemporáneos
En los que el pincel ha resbalado
Como ungiendo con aceite imágenes sagradas
Y la acuarela enjuga lágrimas y baña niños desnudos en la playa.

La belleza por doquier me busca, me persigue
Y dichosamente me encuentra preparado
Para el placer de contemplarla en los colores
El claroscuro, las texturas; infinitas tonalidades y sus brillos.

Hoy me despido de los paseos por museos
De mi rutina en soliloquio por las galerías
Las salas de cine, los teatros y los salones de concierto.
De mis entradas casi furtivas a estudios de artista
A los talleres de ceramistas, orfebres y alfareros.

No me detendré más recostado a las paredes de las iglesias
Cuando al pasar coincida con un réquiem desde el coro.
Dejaré de buscar nuevos deleites y sorpresas
En las revistas y en los interminable espacios de Internet,
Y mucho más en la anticuada enciclopedia.

Volveré a mi jardín y en cada pétalo hallaré la ceda
De la piel y de los mantos unida al perfume femenino.
Y en el muelle, el taller, el aserrío y el mercado
Encontraré los fuertes brazos, torsos lustrosos
Manos que abrazan las hinchadas venas
Piernas musculosas y nervudas batallando.

Y el brillo nervioso que salta relumbrando
Como oro u oropel adherido o mezclado con la arena
Lo veré deslizándose en la playa a merced de las mareas.
Donde formando redes intrincadas de arroyitos
Vuelve a la mar llevándose entre ellas atrapados a mis ojos.


Y cuando la luna pinte de blanco las crestas de las olas
Yo estaré allí para apreciar el azul oscuro, casi negro
Que tienen el mar sin la luz del sol que lo abandona.

Que otro lienzo querré que no el del firmamento de mi aldea
Con Venus desde el horizonte que lo va pintando
De un leve azul e infinidad de blancos
Encontrados en las madreperlas y en los velos que la neblina teje.

Que mejor obertura que la pastoril que entonan los turpiales
Y el murmullo de la quebrada donde el agua canta y riela.
Y cuando al salir el sol ya están que danzan las mariposas
Y yo desnudo en medio de ellas.

Hambrientos mis ojos no se cansan de encontrar belleza.
La encuentran en los amarillos, ocres y sepias
De las crujientes hojas que el viento del estío arroja.

En la neblina que en la mañana o en la tarde
Como ruana rodea el cuello y el pecho de los cerros.

En el brillo del sol que tintinea
En las hondas que el viento forma al jugar en la laguna.

En las esferas de liquido cristal dejadas temblorosas
Por el rocío sobre los geranios o pendiendo de filamentos verdeazules.

Encontraré la belleza desde hoy y para siempre
En el cinético ir y venir del baile de las sombras
De una rama desnuda de follaje sobre el césped.

Me esperará paciente la belleza
En formidable mosaico adherido a la pizarra de los farallones
Compuestos por areniscas, caliza, dolomita, basaltos y granito.
Cambian constantemente con la luz, la humedad y el viento.
Con los musgos, los líquenes, bromelias, los helechos…

Ya no extrañaré La Venus del Espejo
Sí coqueta me mira la redonda luna
Semioculta por dorada nube a través del cristal de mi ventana.

No temblaré al tacto del pulido mármol,
Ni ante el frío roce del cristal bruñido.

Pero seguirán alerta todos mis sentidos
Ante tu perfume suave, tu silente llegar
Tu tranquilo respirar sobre mi almohada,
Tu complaciente sonrisa bien amada Mariana.
Reflejada en el púrpura claro de mi copa de vino.


León M.N. VI de 2013.

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