martes, 18 de junio de 2013

OLORES DEL RECUERDO

CARNITA FRITA

Arranca con pellizcos
Las hojas de cebolla junca,
Las más jechas
Sin dañar el colino
Para permitir que siga engrosando
Y dando hojas.
Desyerba en derredor de la matica
Y aporca con cuidado para que crezca linda.

Se lleva el manojo cosechado a la nariz
Aspira fuertemente y se deleita.

Ya en la cocina abre la llave de la canilla
Y deja que el agua lave las olorosas hojas

Las apila en ordenado manojo
Sobre la piedra de moler recién lavada.

Toma la mano de piedra de granito
Masera y macera como llevando un ritmo.

Si, es el ritmo ancestral que se inventó la bisabuela.
Perfeccionó la abuela y le enseñó su mamá.

Es una danza en la que interviene todo el cuerpo:
Se mueven agiles las muñecas de sus manos,
Sus dedos que evitan machucarse,
Se mueve su cintura y sus caderas
Y sus senos saltan alegres
Entre el volantín de la bordada blusa.

Y sobre la lustrosa piedra
Va quedando una brillante salsa verde
Que aromatiza con cominos macerados
Con cristalitos de sal blanca
Sacada de un capacho
Que su papá trajo de Guaca.

Sumerge en el untuoso aroma
Presas que rebanó a un jamón jugoso
Y mientras pone en la boca del fogón
La paila con manteca
Sopla las brazas para atizar el fuego.

Con dedo experto ahoga cada porción
En la manteca que crepita alegre
Y un aroma increíble, celestial se expande
Y se va por la chimenea con el humo
 Y rueda por los entejados
Y por los empedrados de las calles campesinas.
Convoca a los peones retrasados en las rozas
Y a los escueleros díscolos
Que se quedaron jugando trompo en las esquinas.

León M.N. junio de 2013.


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