CARNITA FRITA
Arranca con pellizcos
Las hojas de cebolla
junca,
Las más jechas
Sin dañar el colino
Para permitir que siga
engrosando
Y dando hojas.
Desyerba en derredor
de la matica
Y aporca con cuidado
para que crezca linda.
Se lleva el manojo cosechado
a la nariz
Aspira fuertemente y
se deleita.
Ya en la cocina abre
la llave de la canilla
Y deja que el agua
lave las olorosas hojas
Las apila en ordenado
manojo
Sobre la piedra de
moler recién lavada.
Toma la mano de piedra
de granito
Masera y macera como
llevando un ritmo.
Si, es el ritmo
ancestral que se inventó la bisabuela.
Perfeccionó la abuela
y le enseñó su mamá.
Es una danza en la que
interviene todo el cuerpo:
Se mueven agiles las
muñecas de sus manos,
Sus dedos que evitan machucarse,
Se mueve su cintura y
sus caderas
Y sus senos saltan
alegres
Entre el volantín de
la bordada blusa.
Y sobre la lustrosa
piedra
Va quedando una
brillante salsa verde
Que aromatiza con
cominos macerados
Con cristalitos de sal
blanca
Sacada de un capacho
Que su papá trajo de
Guaca.
Sumerge en el untuoso
aroma
Presas que rebanó a un
jamón jugoso
Y mientras pone en la
boca del fogón
La paila con manteca
Sopla las brazas para
atizar el fuego.
Con dedo experto ahoga
cada porción
En la manteca que crepita
alegre
Y un aroma increíble,
celestial se expande
Y se va por la
chimenea con el humo
Y rueda por los entejados
Y por los empedrados
de las calles campesinas.
Convoca a los peones
retrasados en las rozas
Y a los escueleros
díscolos
Que se quedaron
jugando trompo en las esquinas.
León M.N. junio de
2013.
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