jueves, 27 de marzo de 2014

CASTROCHAVISMO


Señor Oscar Collazos.
Yo  leo sus columnas. La verdad debe ser porque me gusta su manera de construir las frases o el ritmo que le da, algo debe haber en su literatura, que me gusta, pues por algo las leo.
Leo a otros columnistas de diferentes corrientes. No necesariamente a los que coinciden con mías ideas políticas, económicas o sociales.
Les reconozco a los columnistas – tal vez ilusamente- que su responsabilidad al ver que tienen un espacio en la gran prensa, los hace reflexionar mucho lo que escriben, al saber que son leídos – tal vez por mucha gente- y que quién los lee, tomará algo de lo que lee para formar sus propios conceptos.
Me ha parecido desde joven, que los columnistas, deben ser gente ponderada, ecuánime y responsable. Que saben que las palabras son como las flechas, que una vez lanzadas por el arco, ya el arquero no gobierna el rumbo que ellas tomen.
Les reconozco, o más bien creo que cumplen- aunque no se lo propongan- una labor pedagógica frente a sus lectores y a través de ellos, con los contertulios de ellos.
Pero cuando leo columnas como la suya hoy: Castrochavismo, me da un desaliento…, al constatar la ligereza, la aparente ingenuidad. – Porque creo que sólo es aparente ingenuidad la suya- al decirnos que el castrochavismo es tan sólo un muñeco de papel que se inventó el Señor Uribe, un espantapájaros, o mejor un espanta bobos.- pues eso es lo que leo entre líneas, al releer su columna.
No nos da usted, sus razones para afirmar que el socialismo del siglo XXI, no es el chiquero al que quieren entrar los Chavistas y de donde se quieren salir los cubanos. No usted no da argumentos, solo da frases ingeniosas y por qué no decirlo: frases chistosas, pura y escueta literatura.
Es usted capaz de una gran simplicidad, y le viene  bien a su composición con tono de sainete, al afirmar que entre Santos y Uribe lo que ha habido es una rabieta de novia engañada.
No señor Collazos, lo que los Colombianos vimos fue a alguien durante un largo período actuando como leal ejecutor de unas políticas de seguridad, fungió de defensor de posturas y de políticas en materia de relaciones internacionales y de defensa de la soberanía, se hizo elegir como adalid de esas posturas, de esas políticas y cuando logró el cargo que quería, destapó sus cartas y ocultó las que utilizó para engañar a todos sus electores. Eso fue lo que vimos
Sueño como usted, con que:
Las fuerzas políticas de derecha democrática, centro e izquierda; los empresarios y países que dan su apoyo a las conversaciones de La Habana; las bancadas parlamentarias que legislarán del 2014 al 2018 no son ni serán el colchón donde reposará el castrochavismo, sino los actores de un modelo de país y sociedad que buscará paz y justicia sin guerrillas.
Pero temo, que cuando no se habla de pedir perdón (todos los que nos han victimizado) de entregar todas las armas (los que constitucionalmente no han recibido el encargo de portarlas para defendernos) de que no es lícito que sigan delincuentes legislando y que ahora vengan otros delincuentes a legislar y gobernarnos, cuando sólo se habla de cómo hacer para que el pueblo se trague otro embuchado incierto, temo que lo que estamos dando es un salto al vacío o iniciando quizás una nueva masacre.
Si llegó hasta esta parte de mi mensaje, le agradezco. Lo seguiré leyendo pues me gustan los cuentos, la poesía, las novelas, la ficción, los ensayos y aprendí que la historia hay que leerla con cuidado, pues lleva mucho del alma del que la escribe y poco de objetividad. Y los columnistas a más de entretenernos a veces nos provocan y nos hacen pensar, nos retan y nos fuerzan a escribir lo que pensamos.
Cordial saludo.
León Montoya Naranjo.


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