lunes, 11 de noviembre de 2013


¿MAÑANA?
Cómo todo cambia, transmuta y se retuerce…
Y lo que hasta ahora me parecía imposible que cambiara:
El futuro.
También cambia.
Ya no es el mismo.
El futuro de antes era claro, entusiasmaba.
Aun en los días más aciagos,
Era de esperar que fuese hermoso.
Así lo veían los niños, las madres, las abuelas.
Los viejos que afilaban azadones
Lo esperaban remangados
Y con la ruana echada para atrás, hacia la espalda.                                                 
Los jóvenes se casaban y de puro placer de vivir
Se embarazaban.
Y parir los hijos era un acto de fe frente al futuro.
Era común ver a los abuelos sembrar maíz
Y también cedros, robles y caobas…
Tenían tiempo para esperar que florecieran.
Y a la par que brotaban las semillas,
Los abuelos preparaban los serruchos
Vislumbraban los pilares de la nueva casa
Los muebles y la cuna de los nietos.
Era como ver el horizonte y sobre él
Las nubes cargadas de lluvias bienhechoras.
Hoy el futuro trueca en incertidumbre,
En nubarrones negros donde vienen cabalgando
La desesperanza, la incredulidad y desconfianza.
El futuro no se le desea vivir a quien amemos.
Es como una condena injusta, una pena inmerecida
Y sin escapatoria para los que ya estamos aquí.
Se está construyendo hoy sobre un pantano
Que ha sido desecado con escombros de injusticias
Con fardos de rencor amarrados con mentiras.
Con expedientes de impunidad en alijos escondidos.
El futuro es como la garganta de un precipicio oscuro
Abierta en el camino de una caravana de viajeros.
Es la concavidad sin fondo que se abre antes de la ola.
El futuro es para mí una larga noche
En la que vago sin encontrar la madrugada.


León M.N. Nov. 8 de 2013.

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