miércoles, 17 de octubre de 2012

MIS DISFRUTES


MIS DISFRUTES

Disfruto en el jardín ver tejer la telaraña.
Ese mágico ir y venir habilidoso
que tiende mortal trampa.
Danza entre el follaje
y  es péndulo de brillante trapecista.

En la mañana
cada hilo es un sartal de perlas
apresadas del rocío.
Refulgen copiando cada una un universo.
Y en medio del formidable tapiz
exangüe, amortajada en hilos plateados,
mece la brisa una hermosa mariposa.

Es mi deleite desde la altura
estando por encima de las copas verdes
mirar cómo el sol siluetea sobre el pasto
cada rama, cada hoja que al unísono
danza en lo alto y también abajo con abrojos.
Y en fugaz vuelo ver destellar el sol sobre un plumaje
y su sombra cruzar igual de rauda
entre las ramas pintadas en el suelo.

Gozan mis ojos viejos con las cambiantes formas
que dan las piedras, al agua que entre ellas rueda.
Es un cristal multiforme que recoge los colores del paisaje.
Los esconde, los refleja, abrillanta y sumerge
para que floten luego
como pompas que estallan henchidas de luz en arco iris.

Y mi mirar se ensueña y mi piel se eriza de placer
cuando recorro con mis palmas,
con mi espalda y con mi cuello,
cada relieve le la nudosa corteza que recubre
añejos troncos que exudan: gomosas mieles ámbar,
latex con aromas a sándalo y a incienso.
Perfumes de canela y brillantes lacas que beben las abejas.
En su piel cicatrizada a la intemperie
cunde la vida oculta en la nocturna fosforescencia de los musgos.

Es solaz a mi vista, la infinita y novedosa
tonalidad cambiante de las rocas.
El agua y el sol pugnan a diario por colorearlas.
La luna las azula y las platea.
Y el viento las esculpe ayudado con fuerza
por raíces que hunden árboles centenarios
ansiosos de beber y de afirmarse.

Me colma de sensualidad sentir en mis marchitas carnes
la suave caricia de la briza.
Es generosa, y amante complaciente,
No demanda de mí grandes arrestos
y me arrulla al tibio sol que ya declina.

Y cuando el aguacero llega,
precedido de rayos y centellas
el cristal empañado en mi ventana
por el que rueda el agua a chorros
me va cambiando el paisaje
en expresionistas pinturas de jardines parisinos.
Y allí es el éxtasis y duermo.

León M.N. Oct. 2012

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