YO QUE CAVILO.
Hay asuntos como
moscas o zancudos,
como avispas que
rondan mi cabeza.
No me dejan en paz,
me mortifican.
Miro la historia y veo
cazadores con piedras,
tejiendo redes, armando
trampas,
llevando al monte y
hacia las praderas,
cargas de flechas,
lanzas y garrotes.
Van en busca de su
comida y de la de sus hijos.
En otras ocasiones
puedo ver centinelas sobre las murallas.
Apertrechados con
mosquetes y escopetas
y hasta con ollas de
manteca hirviente.
Su deber es defender
la aldea pues huestes invasoras merodean.
A los primero los
bendiga y si existe Dios,
que Él también hable
bien de ellos.
A los segundo yo les
agradezco.
Son valientes, cuidan
de su prole y de su gente.
Pero en repetidas
ocasiones,
aquí muy cerca de
nosotros,
he visto, se han visto
y los han pillado;
a unos disque
salvadores,
adalides de la
libertad y defensores de la vida,
sembrando los caminos
de explosivos,
caminos que van a las
escuelas y al mercado.
Dejan los patios de
recreo, las huertas, las parcelas,
y los montes a donde
las aves vuelas,
sembrados de minas
quiebra patas.
¿Qué piensa usted de
ellos…?
Yo por mi parte a esos
los maldigo,
Son unos criminales.
León M.N.
Marzo 3 de 2015
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