lunes, 30 de marzo de 2015


EN LAS PAREDES DERRUIDAS
Bajo cada costra de pintura rota por el tiempo,
resquebrajada a la intemperie,
como en folios milenarios,
puede leerse la historia de esta casa.

Y se me ofrece así de generosa.
Cada página de un color maduro como el vino,
Vulnerable al tacto,
Reluciente al sol y misteriosa.

Igual que en los enrollados pergaminos
se notan unas como ampollas secas.
Manchas de agua, de sol y viento.
Escritos dejados por los que ya se fueron.

Están allí las alegrías por los años nuevos
Los festejos patrios y los patronales.
La visita de la abuela lejana.
Y las guirnaldas por los matrimonios.

El seco soplo de las cinco de la tarde
hace que canten los goznes de las puertas
quejas de amor y despedidas
rezos de salmos al morir el día.

León M.N. marzo 13 de 2015.



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