SACADA DEL JARDÍN
Allí, medio oculta entre
el pasto y yerbas secas,
De esas que llamamos el
rastrojo, estaba ella.
Mi perro que iba por
delante
La hizo despertar al
sacudir la cola
Y con su hocico originó
su danza.
Unas gotas de rocío
temblaron en su piel.
Y el sol en ellas reflejado
me sonrió con su destello.
Era bella y además
desconocida.
Era bella e ignoraba que
lo fuera
Era joven, apenas desplegaba
su perfume.
Y de pronto el rumor de
voces roncas
El sonar de pisadas
Y el quebrarse de ramas
en la umbría.
Y el brillar de una fila
de miradas.
Camuflados entre el claroscuro,
Sus ropas con montes
estampados,
Humedecidos sus rostros de
sudor y de neblina.
Y medio oculta entre
fornidos miliciano
Iba ella.
Una gotas de sudor de
lágrimas y de roció
Con temor temblaron en
su piel.
Era bella y en la ciudad
desconocida.
Era bella y en la vereda
era Lucía.
Era bella y, para ella,
una maldición que así lo fuera.
Era joven apenas
desplegaba su perfume.
Yo oculto entre los
arboles del monte
Sus ojos me miraron
Y el sol me lloró con su
destello.
Los vi seguir camino a
la cañada
Y de pronto se perdió el
sonar de sus pisadas
Y el monte se tragó el
rumor de voces roncas
Y en mi pecho se quebró
una lágrima apresada.
León M.N. mayo de 2014.
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