sábado, 25 de agosto de 2012






BIENVENIDA

Te alcancé aquí en esta travesía del camino
donde parece que la cuesta hace un descanso.
Traías de la primavera
los recuerdos llenos de perfumes
y la voz queda como el susurro de un panal
mientras fabrica la miel dorada y ámbar
lista a ser libada en copa de corola rebosada.

Y del verano los ojos sorprendidos
pletóricos de luz y de colores.
Escuché tañidos de metales:
espadas que chocaban victoriosas o vencidas
el tilín de unas medallas sobre el pecho,
la alegría del amor
y el sonido al chocar copas de vino.

Tu vestido de tules que el viento recorría
tenía los ahora nuevos matices del reciente otoño.
Ocres, amarillos quemados por el sol, y aquellos
que van dejando el verde y se tornan dorados
y vuelan como mensajes al futuro y caen en el pasto
y crujen con quejas cuando son pisados.

Me anuncias un invierno largo.
Azul y de silencios blancos agrisados.
Y cristalinas esferas que refulgen y se estiran
lentas al caer como pendidas a hilos plateados.
Lágrimas serán por el adiós
y de alegría por haber vivido.
Te alcancé.
Bienvenida vejez ya estás conmigo.

León M.N. agt. 2012.



Pequeño arroyo que cae la Océano Pacifico. Foto León M.N.

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