lunes, 13 de agosto de 2012








A UN ÁRBOL SECO.

Te me asemejas
De pie casi en la cima de la cuesta.
Sin denotar alguna vida.
Quizás con frutos idos ya
y con follajes que quemados por el sol
se fueron con el viento
como plumas, como mariposas.
Sólo es vívida esa atmósfera colorida
que te envuelve.
Tus ramas atalayas donde el aguilucho
explora el pastizal buscando vida.
Tribuna del turpial que grita su canción.
Cual intrincada red atrapas la llovizna
que  rueda por tu tallo
y bebe el mustio musgo que te arropa.
Tus brazos leños hospedan microselvas
con silenciosa ebullición de vida.
Serás pasto del tiempo que te desmorona,
del agua que te pudre
o del incendio que te calcinará
tornándote pavesas que volará
para nutrir más vida
y tu humedad se volverá neblina
y al ascender del bosque
centellará como diamantes sobre el pino.

León M.N. Agt.2012




SINFONÍA MATURINA
De madrugada la claridad.
Susurra un violonchelo
lento, quedo.
Con pisada felina
recorre un bosque quieto.

Una orquesta de vientos
se despierta
y los flautines silban
como surgidos de entre el bambú
y tallos huecos.
Sonidos largos reptan en los pajonales
  igual que enredaderas ascienden
abrazando troncos.

Como gotas de cristales líquidos
timbran las teclas blancas y azabaches.
Cual si fueran hondas,
caricias erzantes
por mi piel navegan.
Sobre las cuerdas
que sostiene su barbilla
se desliza el arco
y al vibrar como espada
su filo me hace doblar el cuello
para que reciba un beso.

En mis caudalosos ríos
se acelera la marcha percutora
tambores y bombos resuenas
con el ritmo al que crece
mi urgencia por rasgar el himen
y sangra de placer
y brota vida.
León M.N.  2012.


Caminante

Esa es la meta. Mi destino es viajar.
¿Llegar… a dónde?
No me importa llegar.
Viajar es mi placer, es mi destino.
Mirar los valles desde el acantilado
y las cimas desde profundas grietas.
Sentir la ansiedad a la proximidad
de un recodo en el camino.
Esperar la sorpresa del paisaje.
Sentir anticipadamente
esa corriente ascendente que
sostienes aves y trae también
rumores, vestigios de canción
golpes de azadas.
Mirar atardecer y encenderse los luceros.
Por un instante retener en la memoria
aquel perfume del amor dejado.
Llegar es la quietud, el logro detenido.
En el camino encuentro la ilusión,
la espera, la disposición al cambio,
a la alegría.
Y en el silencio te encuentras a ti mismo.
Cruzar aquel umbral de un bosque
plagado de miradas que no ves,
sólo las sientes y te erizan.
Recibo su frescor,
el canto de chicharras y el cobijo.
Y cuando el horizonte se perfila
Y una nueva claridad anuncia el día,
me saludan los trinos que despiertan
y el tenue aleteo de un búho me despide.
Tras el pasto crecido y entre piedras
el arrollo refrescará mi cara.
Le daré un sorbo como un beso.
Y en el cercano alero descanso un rato
mientras sonriendo degusto
la cálida acogida campesina.
Viajar… viajar es mi destino.

                                                                                                              León M.N: Agt.2012.


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