jueves, 10 de noviembre de 2016

CAMPESINO COLOMBIANO.

Qué elegir de entre tanto poder desear que se me ofrece.
Qué degustar hoy.
Y, para mañana qué reservar como sorpresa.
Por qué optar que mis sentidos sacien.
Y reposar de este buscar,
de preferir,
paladear 
y saborear
buscando novedad sin que se agote.

Satisfacer  la ardiente gula que no declina
en su afán de acaparar placeres.
Y disfrutar lo que a mi lado encuentro.
Yacer a pleno sol con este gajo de mortiños.
O a la sombra de la percha donde el mirlo canta
mordisqueando una guayaba
sorber el jugo de los lulos
            o la acides de las grosellas.

Seleccionar de entre las diferentes mieles
que en sus panales fabrican las abejas.
O chupar la jugosa pulpa de la piña.
Masticar hasta secar los hidratados canutos de la caña.
Y dejar que me impregne y empalague
el amarillo zumo de naranjas.

No es mi montaña tierra propicia a los ayunos.
Ni para la sobriedad florecen sus jardines.
Exuberancia, fertilidad y robustez imperan
Donde cuajan y embarnecen:
Chirimoyas, guanábanas, papayas.
Selvas de plátanos de todos los sabores:
            Babanos, murrapos y guineos.
Cocoteros, corozos, chontas, mil almendras.
Granadillas, feijoas, maracuyá y también guamas.
¿Qué elegir hoy para embriagarme
de todo esto y más
que entre tanto poder desear a mí se ofrece?
León M.N. Octubre 25 de 2016.






TENGO ENTRE MANOS

Envejecer que es momento para el desapego.
Acallar el apetito y ponerle frenos al deseo.
Es saborear como meditación:
La compañía, la música y el viento.
Los aromas, las viandas y la charla.
La luz, los colores y todo lo que vuela…, aun las nubes.
Es mirar hacia atrás y perdonarse.
Y mirar al frente con ojos miopes
llenos de comprensión y tolerancia.
Es esforzarse en no desperdiciar ni un minuto.
Mostrar avidez por degustar la vida.
La que nos llega a pequeños sorbos
suficientes no más para mojar los labios.
Envejecer es tarea a acometer parsimoniosamente.

León M.N. Octubre 24 de 2016.





















RELEVO

La incandescencia  de la voz se ignora.
Se inician igniciones que después de abrazar
se ocultan en rescoldo
y poco a poco con el frío mueren.

Y de improviso como llegan los cantos con el viento.
Así también los incendios que en el alma llevo.
Y con el viento los inviernos
Y la tempestad es ya llovizna…, cantinela…, lloro.

Hasta la piel hemos de mudar como serpientes.
Blanco mi pelaje y mustio.
Marchito lo que una vez fue lozanía,
Silenciado lo que antes hizo algarabía.
Adormecidos los machetes y azadones.

León M.N. Octubre 25 de 2016.





















HOY POR HOY

De mi arduo trabajo o de mi compulsiva lucha surja la imagen,
el cuerpo surcado de tendones amarrados a músculos y huesos.
Portadores de besos y caricias de amantes cuerpos que se abrazan.

Y de la punta de grafito que tengo por estilo,
la fuerza,
el empeño,
la tozudez por hacer que aquí, algo valga la pena.
Que de aquí brote la alegría abonada con sonrisas.

Y de mis hojas tachonadas y borrosas,
la música que eleve mi palabra
y logre iniciar la danza para celebrar un día más en esta orilla.

Que ni esperanza, ni desesperanza pueda motivar
mi palabra,   
las huellas de mi brocha
o las hendiduras que mi mano apretada deje en la blanda tersura de la roca.

Sólo quiero contagiar la serenidad que envido tener
y se refleja, en la moribunda faz de los abuelos.

León M.N. Octubre 11 de 2016.



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