viernes, 6 de febrero de 2015

MI CANTO.

Te canto como debe ser
como a tierra fecunda.

Del arrozal la verde tempestad en que naufrago
o el dorado en que ardo de pasión por tu sonrisa.

Del cafetal las largas ramas con flores blanca que me abrazan
o el mordisco rojo que a la sombra se desgana.

Y del maizal el crujido de hojas que viste la mazorca
o la desnuda dentadura que muerde y que provoca.

Y de la frisolera su danza serpenteante
que se retuerce, que asciende, y de placer me ahorca.

En el yucal la penetrante raíz que hunde y rasga
la blanda virginidad perenne de la tierra.

Del viento la fruición con que lame del cañadulzal las mieles
o la boca ansiosa que chupa alcohol que enajena y emborracha.

Del platanal las hojas como brazos que en puerto se despiden
También sus amarillos frutos donde anidan golosos los turpiales.

Eres solar, querencia, mi terruño, cobijo, lar, alero, mi lugar,
lagar donde acunar mi chicha, mis más preciosos vinos, mi ron…
   Esa es tu boca.

León M.N. enero 24 de 2015.

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