jueves, 14 de junio de 2012


TANGO.


Surge en la noche cual  de oscura cortina.
De satín negro brilla su piel
aprisiona el relieve de músculos expertos.
Cinco gotas de sangre
adheridas a  sus dedos resbalan en su cuerpo
al ritmo que asciende su mirada, y me ve.
                   
Se acerca. Piernas pálidas
por las que mis ojos serpentean
entre mayas oscuras como tatuando
un canto, inventando una caricia
prometiendo  el amor.

Sobre su cuerpo
destellos, plata y escarlata.
Maúllan los violines y llora un bandoneón.

León Montoya Naranjo.
Junio 2012.

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