EN UN BOSQUE DE VIRGINIA
Nació otro
día.
Parido de la
noche.
De una larga
noche.
De la
oscuridad que se rasgó como se rasga un útero.
Un nuevo día
para tu dolor.
Para tu
soledad y desconsuelo.
Habrás de
vivir con tu pudor, con tus verdades.
Esas
creencias que no son las mías.
Te aferras a
las tuyas como un naufrago
quiere
apoyarse en su barca que se hunde.
Otro día de
falsas esperanzas
y de
aguardar milagros,
de profetas,
chamanes y de charlatanes.
Otro día con
iguales estrategias que ayer
y con peores
resultados.
Nuevas horas
para que te lamentes del padecimiento de otros
Las mismas
que nadie invierte en aliviar el tuyo.
Cómo cruzar
el tiempo y la distancia.
Cómo
derribar esa muralla de creencias
que me
permita a mí tender mí mano,
mi mano que
sólo porta un pobre ungüento.
Sé que te
invaden:
El dolor, la
soledad, el silencio, el desconsuelo.
Desde aquí
inicio este pagano rito,
desde mi
apartado lugar pronuncio mi conjuro
es mi deseo
que se cumpla:
que en ti no
habite nunca el miedo
y que el
dolor se aparte de ti por éste día.
Aunque tan
solo sea por los minutos
en que
transcurre para ti mi verso.
León M.N.
Febrero 23 de 2015.
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