ARRIAR
Voy a
emprender la marcha, mi cruzada personal por destruir banderas.
Que queden
fuera de mí vista todos los trapos con franjas de colores,
Aquellos que
identifican:
Bandos,
partisanos, grupos, partidos, camarillas, ligas o catervas.
Todos
aquellos estandartes que recuerden las cruzadas, las huestes invasoras,
el
avenimiento de mecías y de libertadores.
Los que
marcan las garitas de fronteras.
Los que se
exhiben en las torres, las almenas y los muros de las casas de gobierno.
Los que
portan los abanderados de las legiones de soldados adoctrinados o de
mercenarios.
Solo dejaré
para el recreo de la vista y para que jugueteé el viento
las
guirnaldas de banderolas de colores que se encuentran en el Tibet, Nepal y
buhtan
cuando se
asciende al Himalaya.
Quemaré sus
hilos de algodón, de seda o lino.
Solamente
conservaré de ellas sus colores.
Con ellos me
fabricaré unas camisetas de flores fantasiosas, alegres y vistosas,
que nadie
pueda reconocerlas como suyas.
Y las dejaré
a la puerta de mi fiesta para que las luzca todo aquel que quiera.
Debo
advertir que para entrar a los salones donde haré la fiesta
sólo hace
falta ser humano.
Pero humano
de los que aman y protegen a todos los seres de todas las especies.
León M.N.
Febrero 23 de 2015
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