miércoles, 25 de febrero de 2015

ARRIAR
Voy a emprender la marcha, mi cruzada personal por destruir banderas.
Que queden fuera de mí vista todos los trapos con franjas de colores,
Aquellos que identifican:
Bandos, partisanos, grupos, partidos, camarillas, ligas o catervas.
Todos aquellos estandartes que recuerden las cruzadas, las huestes invasoras,
el avenimiento de mecías y de libertadores.
Los que marcan las garitas de fronteras.
Los que se exhiben en las torres, las almenas y los muros de las casas de gobierno.
Los que portan los abanderados de las legiones de soldados adoctrinados o de mercenarios.
Solo dejaré para el recreo de la vista y para que jugueteé el viento
las guirnaldas de banderolas de colores que se encuentran en el Tibet, Nepal y buhtan
cuando se asciende al Himalaya.
Quemaré sus hilos de algodón, de seda o  lino.
Solamente conservaré de ellas sus colores.
Con ellos me fabricaré unas camisetas de flores fantasiosas, alegres y vistosas,
que nadie pueda reconocerlas como suyas.
Y las dejaré a la puerta de mi fiesta para que las luzca todo aquel que quiera.
Debo advertir que para entrar a los salones donde haré la fiesta
sólo hace falta ser humano.
Pero humano de los que aman y protegen a todos los seres de todas las especies.

León M.N. Febrero 23 de 2015







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