BIENVENIDA
Te alcancé aquí en esta travesía del
camino
donde parece que la cuesta hace un
descanso.
Traías de la primavera
los recuerdos llenos de perfumes
y la voz queda como el susurro de un
panal
mientras fabrica la miel dorada y
ámbar
lista a ser libada en copa de corola
rebosada.
Y del verano los ojos sorprendidos
pletóricos de luz y de colores.
Escuché tañidos de metales:
espadas que chocaban victoriosas o
vencidas
el tilín de unas medallas sobre el
pecho,
la alegría del amor
y el sonido al chocar copas de vino.
Tu vestido de tules que el viento
recorría
tenía los ahora nuevos matices del
reciente otoño.
Ocres, amarillos quemados por el
sol, y aquellos
que van dejando el verde y se tornan
dorados
y vuelan como mensajes al futuro y
caen en el pasto
y crujen con quejas cuando son
pisados.
Me anuncias un invierno largo.
Azul y de silencios blancos agrisados.
Y cristalinas esferas que refulgen y
se estiran
lentas al caer como pendidas a hilos
plateados.
Lágrimas serán por el adiós
y de alegría por haber vivido.
Te alcancé.
Bienvenida vejez ya estás conmigo.
León M.N. agt. 2012.
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