EL LOCO DE LA CALLESITA.
Cada mañana desde su percha,
O bajo del alero,
O arriba en la colina,
O en medio del paseo,
Gritaba sus canciones.
Graznaba su relato.
Qué se yo… simulaba cantar…
…Era lo que le gustaba.
Las gentes abrían las ventanas
Y al escucharlo
sonreían.
Paraban su ajetreo.
Pausaban sus quehaceres.
Y hasta le saludaban.
E iluso
complacido
Grita aun más alto,
Gesticula y gorgotea.
Y así fue cada día.
Y uno de esos
días
No abrieron las ventanas
Y nadie sonreía.
Y el loco que cantaba
Pensó que molestaba
Cesó su canturreo.
Se fue callado y triste
Buscó en las rastrojeras
Y sólo halló heliotropo.
Compuso unos ramitos
Para adornar ventanas
Y enmudeció en la colina
El viento que soplaba.
León M.N. diciembre de 2013.
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